A cinco años de su último paso por la ciudad de Córdoba –en febrero de 2019 y en el ya desaparecido Orfeo Superdomo–, Luismi llegó a la cancha de Instituto en Alta Córdoba para “romperla” con su esperadísimo show y el amor de su público. A sus 53 años vive uno de los mejores momentos de su carrera. Sin embargo, la lluvia trastocó los planes y los gritos de “estafa, estafa” cerraron una noche de fiesta interrumpida. Tras una hora de canciones, el mexicano decidió unilateralmente dar por terminado el show que llevaba adelante porque la lluvia (que era una llovizna fuerte) lo molestaba.
El inicio del esperado recital marcó el origen de un abanico de hits de todas las épocas: ·”Será que no me amas” y “Amor, amor, amor”, mostraron al cantante algo incómodo con su monitoreo pero con el oficio de un entretenedor imbatible, respaldado además por un ensamble de lujo.
Los instrumentistas que acompañan al artista son una pieza clave de una maquinaria aceitada que ubica a este entre los principales espectáculos musicales que se pueden ver a nivel mundial.
Luego de la catarata de “temones” siguieron “Por debajo de la mesa” y “No sé tú”. Fue allí que se produjo un intervalo en el que, aparentemente, se ajustaron cuestiones técnicas y se secó el piso del escenario ante la persistente llovizna. Minutos más tarde Luismi reapareció en escena y su sonrisa volvió a eclipsar todo.
Sin embargo, cuando todo parecía resuelto, tras La incondicional llegó el momento más desconcertante, “random” si se quiere del show. Uno de los asistentes personales/guardias que acompaña al cantante se acercó con un paraguas y no se despegó de él.
La tormenta, el seguridad y el paraguas secundaron al cantante en una seguidilla bailable que incluyó “Ahora te puedes marchar”, “La chica del bikini azul” y “Cuando calienta el sol”. Hubo mezcla de risas y sorpresa por esa imagen de divo en su máxima expresión, pero lo que nadie esperaba es que esa fuera la despedida definitiva de un concierto que no alcanzó los 50 minutos de duración.
Ante un público incrédulo, el astro y sus 13 músicos se despidieron entre gestos tímidos hacia la platea y en medio de un clima de incertidumbre que rápidamente se convirtió en indignación, dejaron el escenario y posteriormente el estadio. A las 22.55, el show de Luis Miguel en Córdoba ya era historia, con 20.000 personas con ganas de seguir disfrutando de su ídolo.
A pocas horas de retirarse de la ciudad, desde la página oficial de Luis Miguel, se excusaron, diciendo que había un “riesgo eléctrico”.
“En virtud de la tormenta registrada el día de ayer en Córdoba, Argentina y con el objeto de proteger la seguridad de los fans, músicos y el personal ante un riesgo eléctrico, el concierto tuvo que finalizar antes de lo programado dado el peligro que representa la cantidad de agua registrada todo el día y durante el concierto a los equipos de luces y sonido”, explicaron.
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