Después de siglos de utilizar métodos incómodos y caros para contener el flujo menstrual, las mujeres tienen una nueva opción que es mucho más beneficiosa para su salud y para el medio ambiente: la copa menstrual.
Aunque la patente de la copa menstrual está registrada en 1930, pasaron muchas décadas hasta que la producción se hiciera masiva y hace pocos años está disponible en Argentina y en Mendoza, donde cada vez es más popular, especialmente entre las mujeres de entre 20 y 30 años.
Los beneficios a la salud son varias, ya que la copa es de silicona y, lo más importante, antiséptica, lo que garantiza que no se produzca ninguna reacción adversa en la piel, como alergias e irritaciones.
¿Por qué para el medio ambiente? Durante 40 años una mujer menstruante genera unos 2.600 kilos de basura, debido al uso y consumo de toallas, apósitos y tampones, mientras que la copa es reutilizable y puede durar más de 10 años.
Conocé cuánto cuesta y la opinión de un ginecólogo.