Nueve cirujanos plásticos y dos cirujanos urológicos realizaron un procedimiento único que les llevó 14 horas de trabajo el pasado 26 de marzo en el hospital Johns Hopkins, en Estados Unidos.
El equipo trasplantó en un hombre el pene, el escroto y parte del abdomen de un donante muerto, aunque no los testículos, porque por razones éticas los removieron para evitar que el paciente pudiera tener sus hijos.
La compleja cirugía involucró trasplantar la piel, músculos, tendones, nervios, hueso y arterias.
El hombre que fue operado es un joven soldado norteamericano que perdió sus piernas y testículos a causa de la explosión de una bomba que lo hirió mientras cumplía servicio en Afganistán.
Los doctores esperan que en unos meses pueda comenzar a rehacer su vida sexual y recuperar las funciones urinarias.
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“Es una herida muy complicada de tener, no es fácil de aceptar” declaró el paciente, que prefiere mantener su identidad en reserva.
“Cuando me desperté, finalmente me sentí normal… con un poco de confianza. Confianza… como si finalmente estuviera bien”.
La cirugía que se le practicó es pionera, y allana el camino para que otros soldados que han tenido este tipo de mutilaciones puedan recuperarse.
“Esperamos que este transplante le restaure sus funciones urinarias y sexuales a este joven” declaró Andrew Lee, el doctor, profesor y director de Cirugía y Cirugía Reconstructiva del Johns Hopkins University School of Medicine, en Baltimore, Maryland.
El equipo médico estuvo trabajando e investigando para este procedimiento por años y son parte de un programa médico que busca darle una esperanza a más de 60 soldados que han perdido su pene.
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Si bien hay dos antecedentes de este tipo de trasplante, el de China en el 2006 no fue exitoso y el del 2014 en Sudáfrica sólo fue de pene (y no de escroto). El sudafricano, que hoy tiene 24 años, incluso pudo convertirse en padre en el 2016.
El soldado que fue trasplantado comenzó a trabajar con el equipo del hospital en el 2012 y confió en el procedimiento que le ofrecían, con el trasplante de un donante muerto, el que estuvo esperando durante años hasta encontrar el correcto, lo que sucedió en marzo.
Según un informe del 2017, desde octubre del 2001 a agosto del 2013, exactamente 1.367 soldados perdieron sus genitales en heridas de guerra. Y casi el 94% fue herido con menos de 35 años.
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