Viviana Luna desapareció el 7 de diciembre del 2016, la vieron por última vez en Potrerillos, donde fue a una entrevista de trabajo en unas cabañas. Desde entonces, nadie sabe nada de ella.
Viviana tiene cuatro hijos y les había manifestado a los dos más grandes la alegría que le generaba la posibilidad de conseguir ese trabajo.
Su hijo mayor la llevó en auto al lugar donde se realizaría la entrevista y si bien se ofreció a esperarla, ella le dijo que se fuera porque después de la reunión pasaría por casa de una amiga que vive en Piedra Blanca, aproximadamente a dos kilómetros de las cabañas, con quien ya había acordado el día anterior.
Una vez finalizada la entrevista, la mujer se dirigió al encuentro con su amiga pero nunca llegó.
Desde entonces, la familia busca a Viviana sin obtener respuestas.
Ayelén Julián Luna, una de sus hijas, envió una emotiva carta pidiendo ayuda para encontrar a su madre.
“El pasado 7 de agosto se cumplieron 8 meses sin saber nada de mi mamá. Ella se llama Viviana Luna y está desaparecida desde el 7 de diciembre de 2016. Fue vista por última vez en Potrerillos, Mendoza.
El 31 de julio fue su cumpleaños, fue algo devastador pasarlo sin ella y sin saber adonde está. Eso es lo peor, lo más triste de mundo. Ella cumplió 46 años. La supuesta ‘justicia’ no hace nada por poder encontrarla. Si nosotros (como familia) no vamos a la Fiscalía, ellos no nos llaman, ni se mueven. No hacen nada. Y no puede ser así.
Entiendo que todos los días llegan casos nuevos, ¿pero de los casos viejos quién se acuerda? ¿Quién se acuerda de esas personas desaparecidas de hace meses y de hace años? Los jueces, los fiscales nadie se acuerda, nadie siente el dolor de esas familias, nadie siente la angustia de no saber nada de un familiar. Ella es una persona, no es un animal, ni un objeto, ¡es una PERSONA! Es una persona que nadie sabe que le puede estar pasando en este momento, si le están haciendo algo o qué carajo. Con tantas cosas terribles que pasan hoy en día me puedo imaginar cualquier cosa.
Y me duele tremendamente que sea así. Nunca pensé que este país pudiera ser así: no mover ni un dedo por una persona desaparecida. Al Estado no le importa el dolor de las personas que, como familiares, estamos sufriendo por no saber NADA. Pero lamentablemente es así. Como no es alguien importante para ellos o familiar de un político o algo así, no les importa nada.
Tengo bronca, dolor y extraño a mi mamá todos los días de mi vida. Es muy injusta la desidia del Gobierno. Me siento muy triste y decepcionada”.