Los límites en la vida en general aluden a esa delgada línea que desde el otro lado de este texto, todos necesitamos poner a personas, situaciones, o incluso, a nosotros mismos.
Nos marcan que hay un punto en que algo nos hace "ruido" y necesitamos poder resguardar y defender del modo más armonioso, sincero pero a la vez sólido que podamos.
Ya sea a nivel familiar, con los hijos, en el ámbito laboral, nuestras parejas, o nuestro propio ser (con sus luces y sombras) los límites tienen mala publicidad, cuando en realidad bien entendidos, se vinculan con el amor propio, la autoestima y la posibilidad de que las relaciones que tenemos, se vuelvan más fuertes y perdurables.
Cuando hablamos de límites en cualquier relación social, nos estamos refiriendo a esos criterios propios que son inviolables o innegociables. En el ámbito de la pareja, pueden variar muchísimo de una persona a otra.
Hay muchas que son capaces de soportar e incluso llegar a perdonar una infidelidad y otras que jamás lo harían, por muy enamorados que estén de su pareja. En este sentido influye mucho la educación que ha recibido cada uno, las experiencias personales, así como los valores y la autoestima. No hay buenas o malas decisiones. Hay personas, con su propio sistema de valores, códigos y negociaciones respecto a su vínculo de pareja.
El licenciado Jorge Omar Domínguez explica al respecto: "antes que nada hay que entender que la noción de 'límites' que necesitamos poder poner a un otro, tiene que ver con nuestra autoestima. En la medida en que nos queremos, sentimos que tenemos derecho a determinado trato y a determinadas condiciones de vida. Algo que nos lleva (cuando esos derechos están vulnerados) a poner ese límite a los demás, si sentimos que 'se han pasado de la raya'".
"Autoestima". Una palabra que gatilla y abarca mucho más de lo que parece. Casi todo el mundo tiene claro qué es lo que no quiere en su relación de pareja. Sin embargo, de manera frecuente ocurre que, cuando esos límites -establecidos de manera personal- son rebasados por el otro, la persona sigue en la relación y no se siente capaz de terminarla y emprender otro camino (incluso si hay razones de peso como la violencia, el desamor).
En el mejor de los casos (si las razones son pequeñas y cotidianas) tampoco lo habla con su pareja por temor a perderla. Y es allí justo con ese temor de dejar de ser "querido", en donde el mundo interno parece desmoronarse.
"Social y culturalmente abunda el mito de que si uno está en pareja, y existe el verdadero amor, no debería haber conflictos o no deberían aparecer diferencias. Por ende, no tendríamos que estarle diciendo a la pareja 'esto no lo quiero', 'aquello me molestó o me hirió', o, 'necesito tal cosa de vos' . Eso es un error. Las verdaderas relaciones suponen autoestima, diálogo y poder hablar de lo que nos pasa, incluyendo aquellos límites que desde cada integrante de la pareja, necesitan ser dichos para sumar y enriquecer el vínculo", apunta Domínguez.
-Vale decir que como todo en la vida, ¿el amor y las relaciones necesitan que los límites puedan exponerse...
"Exacto. Se malinterpreta de que no deberían existir diferencias si hay amor, y eso no es así, entonces se terminan por callar muchas cosas vulnerando los propios derechos".
-Si no se logra poner límites sanos de lo que se quiere, se necesita o molesta respecto a diversos aspectos ¿qué panorama puede esperarse de esa relación o vínculo?
Cuando se internaliza que los límites (respecto a formas y maneras de vivir y pensar la vida en su cotidianidad y en profundidad) son señal de salud, y que son necesarios porque permiten conocernos más, estamos en un vínculo que puede enriquecerse.
En cambio, si no se marca un límite nunca, significa que quizá la otra persona se está acoplando a su pareja, quien marcaría el pulso de la relación que se tiene a la hora de hacer, pensar y sentir. Algo que no es para nada sano. Lo importante es poder proponerlos en los mejores términos, para que la relación progrese en todo sentido.
La asertividad es la capacidad de poner límites, decir qué es lo que quiero, lo que me gusta y lo que no, sin dañar las relaciones. Es en eso en lo que debemos trabajar como parte de un camino positivo que nos va a ayudar a desarrollar esta habilidad en la pareja".
Desde el programa Cada día, el Licenciado en psicología Jorge Omar Domínguez argumentó más acerca de los límites en la familia, la pareja y el ámbito laboral. Mirá la nota.
.jpg)
.jpg)
