Ariel Barrionuevo es un vecino de Tunuyán, que sufrido 25 veces robos en dos años y, este fin de semana, volvió a sufrir un hecho de inseguridad.
Vive en el barrio Urquiza, a unas diez cuadras del corazón del departamento y el viernes a la noche, salió a cenar con su familia y cuando regresó a las 1.30 de la madrugada, descubrió una escalera apoyada en su pared que indicaba que ladrones habían estado en su propiedad.
En total ha radicado diez denuncias, ha reforzado sus rejas y hasta levantó la medianera. Sin embargo, estas medidas de prevención no son suficientes para frenar la ola de ataques. No pueden salir de vacaciones ni dejar la casa sola, se turnan para hacer las compras y viven con miedo e impotencia.
Lleva contabilizados 25 robos desde que comenzó a levantar su vivienda a comienzos del 2017. Desde ese momento, asegura, la situación de inseguridad se agrava cada día más. Le han llevado desde materiales de construcción hasta computadoras y los juguetes de sus hijas. Ladrillos, palas, vigas, ventanas, herramientas, ropa y juguetes. Las bicicletas y los triciclos de sus pequeñas fueron el blanco en esta oportunidad.