La comisión de seguimiento de la situación de las escuelas de la UNCuyo creada por el Consejo Superior días atrás, resolvió en su primera reunión que se suspenderán las actividades presenciales en los establecimientos escolares durante 21 días (período de incubación completo del virus SARS-COV 2) y continuarán con las clases sincrónicas virtuales.
El viernes volverá a reunirse para evaluar el estado de situación y para controlar cómo se está garantizando el cursado.
La decisión, que rige a partir del próximo 3 de mayo, fue tomada en la primera reunión que este cuerpo -integrado por referentes del Comité Epidemiológico de la Universidad, consejeros superiores y representantes del sector docente, estudiantil y de padres y madres de estudiantes-, apunta a disminuir la circulación de personas en esos ámbitos escolares.
Estas actividades, aunque acotadas, en formato de burbuja y con protocolos aprobados, implican una alta densidad de estudiantes, trabajadores y padres que se movilizan y constituyen hoy, según palabras de los expertos científicos del Comité Epidemiológico “un alto riesgo de contagio y propagación de COVID-19”.
La medida alcanza por igual a la escuela de comercio Martín Zapata, al Colegio Universitario Central, al Departamento de Aplicación Docente, a la Escuela de Agricultura de General Alvear, a la Escuela del Magisterio y al Liceo Agrícola y Enológico.
La comisión llegó a esta decisión a partir de las recomendaciones del Comité Epidemiológico de la Universidad, creado en 2020 en contexto de pandemia, que consideró la situación de la población de las escuelas, pero también la de la Provincia (sobre todo Gran Mendoza y la de General Alvear) a partir de parámetros que sirven a modo de semáforo (la situación ya está en rojo).
Asimismo, reafirmaron el compromiso de trabajar en pos de que se garantice la conectividad y el dictado de clases sincrónicas, con un piso de 3 horas y media, todos los días, que fue el pedido principal del Rector, Daniel Pizzi, presentado ante el Consejo Superior, órgano colectivo de gobierno de la Universidad.
"Trabajar para que no pierdan el orden ni la rutina de cursar cada día y cumplir así con los objetivos académicos”, fue la propuesta de Pizzi, aprobada por los consejeros.