Conmoción

Dictaron pena de muerte para un hombre que asesinó de manera brutal a niño de 8 años

Por este aberrante crimen, la madre del menor fue sentenciada a prisión perpetua.

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Redacción ElNueve.com
7 de junio de 2018 | 21:03

El hecho generó conmoción en todo el mundo. En 2013 Una mujer y su pareja, torturaron y asesinaron a un pequeño de tan solo 8 años.

Si bien este asesinato fue en Los Ángeles generó estupor en todo el mundo por la gravedad de los hechos y el trato que recibió el niño. Los medios lo bautizaron como "el caso Gabrielito".

Luego de 5 años, se conoció la sentencia del juez quien fue categórico en las penas y hasta apeló a una prohibida en varias partes del mundo: la pena de muerte.

De esta manera, la madre del menor, Pearl Sinthia Fernández de 35 años, fue sentenciada a cadena perpetua sin posibilidad de libertad condicional.

La pareja de la mujer y padrastro de Gabrielito, Isauro Aguirre de 37 años, fue sentenciado a muerte por el juez de la Corte Superior del condado de Los Ángeles, George Lomeli.

Luego de la sentencia, indicaron medios locales, el juez Lomeli calificó el crimen como "horrendo, inhumano y peor que el demonio" y continuó sin atenuantes hacia el hombre: "espero que piense sobre el dolor que causó a este niño y que te torture".

"Este caso demostró cómo el mal no solamente puede infligir un daño duradero a quienes amaron a Gabriel, sino también a nuestra sociedad", dijo la fiscal de distrito del condado de Los Ángeles, Jackie Lacey.

Y continuó: "La horrible naturaleza del abuso y asesinato de Gabriel se ha grabado en nuestras mentes y los acusados ahora pasarán el resto de sus vidas en prisión por sus reprobables acciones". 

La brutal muerte de Gabrielito

La tortura de Gabrielito conmovió al mundo entero por la brutalidad de los actos y sobre todo, porque uno de los asesinos es su propia madre. Una enfermera llegó a declarar que el niño sufrió más que "un prisionero de guerra".

De acuerdo con los testimonios de sus hermanos y de personas que pasaron por el juicio, el pequeño Gabriel fue rociado con gas pimienta, obligado a comer comida rancia, forzado a consumir su propio vómito y heces de gato.

Los testigos señalaron, además, que el niño permanecía recluido dentro de un gabinete y en ocasiones fue forzado a orinar y defecar dentro ese espacio reducido.

Además, el padrastro lo habría golpeado reiteradamente y justificado diciendo que el niño era "gay" y se autoflagelaba. 

Gabriel Fernández fue internado el 22 de mayo del 2013 y médicos informaron que el pequeño tenía una fractura en el cráneo, tres costillas quebradas y lesiones ocasionadas por una pistola de perdigones.

La madre de la víctima negó ser la causante de las lesiones de su hijo y le dijo a la policía que el niño se había caído y golpeado con un mueble. El pequeño murió dos días después de ser internado y la noticia de los abusos que provocaron su muerte desató la indignación de la comunidad de Antelope Valley.

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