Los pronósticos económicos para este año no mejoran, y ya comienzan a verse los efectos de la megadevaluación en los precios: este año la inflación oscilaría el 45%, con lo que sería el número más alto desde 1991.
La previsión del Gobierno Nacional, filtrada en un documento del ministro Dujovne, es 42% para finales de año. El número coincide con las expectativas que reconocieron varios economistas, en declaraciones a Ámbito.com.
El economista Fausto Spotorno dijo que "nosotros estimamos una inflación para 2018 del 42% porque se vienen cuatro meses de muchísima inflación".
Rodolfo Santángelo pronosticó que "la inflación de septiembre va a dar 5% y en el año va a dar 45%". Por su parte, José Castillo, de la Universidad de Buenos Aires, aseguró que "no hay ninguna posibilidad" que vuelva la convertibilidad y pronosticó que la inflación anual de 2018 rondará el 45%.
Marco Lavagna, diputado del Frente Renovador, indicó que "la inflación de 2018 se encamina a ser la más alta de los últimos 15 años, incluso podría superar el registro de la crisis de 2001. Los pronósticos más conservadores refieren a un piso de 40% para el año", advirtieron.
En el exterior, en tanto, son menos optimista: un informe del Citibank (llamado “Things Happened”) estima una inflación de 48,5% para fines de diciembre.
De concretarse las previsiones de una inflación de al menos 42%, el registro se convertiría en el más alto desde el final de la hiperinflación, en los primeros años del gobierno de Carlos Menem.
En 1989, durante el pico de la híper, el número fue monstruoso: 3079% de inflación anual, la más alta de la historia del país. En 1990, en tanto, “disminuyó” a 2314% durante el segundo año de Menem en el gobierno.
El año siguiente fue el último de alta inflación previo a la convertibilidad: en 1991 hubo 84% de inflación en todo el año.
Luego, el incremento de precios se estableció en un dígito hasta 2001, pero la devaluación de 2002, con la salida de la convertibilidad, impactó fuerte en los precios, que aumentaron 40,9% pese al feroz desplome del consumo.
Durante el kirchnerismo la inflación oficial no reflejó las cifras reales desde la intervención del Indec. De todos modos, las consultoras privadas midieron una inflación cercana al 25% en casi todos los años.
Hubo una fuerte excepción: 2014. Aquel año, que se inició con una fuerte corrida y devaluación en el mes de enero, finalizó con una inflación de 38% según las consultoras privadas.
El macrismo, en tanto, arrancó “bien arriba”, con una inflación de 40,3% en 2016, producto de la devaluación de diciembre de 2015.
Pero el registro de este año rompería todos los registros: de concretarse las previsiones, el 2018 será el año de mayor inflación desde 1991, el último año de la hiperinflación.