Jenna y Jillian nacieron con 45 segundos de diferencia y al salir del útero de su madre hicieron algo que sorprendió a médicos, enfermeras y técnicos. Nunca habían visto algo así.
Cuando la enfermera estaba sosteniendo a las bebés para que su madre, Sarah Thistlethwaite, las viera por primera vez, las pequeñas se tomaron de la mano, enterneciendo a toda la sala de partos.
Sarah estuvo 57 días en reposo porque su embarazo fue de riesgo y la mujer sintió una gran felicidad y tranquilidad de dar a luz a dos sanas niñas el Día de la Madre.
Sólo unos segundos después del nacimiento, la obstetra, Melissa Mancuso, no pudo evitar exclamar “¡Dios Mío! ¡Se tomaron de la mano!”.
“Mi corazón se derritió” contó la madre de las niñas “Incluso mi marido se emocionó con lágrimas en sus ojos, y sé que todos en la sala tenían los ojos llorosos”.
Estaba claro que Jenna y Jillian tenían un lazo especial, además de ser gemelas, y que se tomaran la mano segundos después de nacer era la primera señal de muchas que verían en los siguientes años. Hoy, tres años después del nacimiento de las gemelas, ese lazo sigue intacto.
A las 19 semanas de embarazo, los Thistlethwaite se enteraron de que esperaban gemelas y que ambas compartían el mismo saco amniótico.
“Es la condición más rara de embarazo doble y tiene el mayor riesgo” explicó la doctora Mancuso, experta en la materia.
“Como comparten el mismo saco amniótico, sus cordones umbilicales se pueden enredar cuando crecen y se mueven y puede cortar el suministro de sangre a uno de los gemelos”.
A las 24 semanas, este tipo de embarazo se vuelve muy riesgoso y sólo el 50% de ellos llega a término.
Sarah, una maestra de Matemáticas de Orrville, Ohio, cuenta que junto a su esposo estaban felices cuando supieron que iban a tener gemelos.
“Entramos en shock, nos sentamos a reír y después llorábamos y volvíamos a romper en carcajadas otra vez” recuerda la mujer.
Sin embargo, al saber los riesgos, se preocuparon. Su hijo mayor, Jaxon, acababa de cumplir 1 año, y Sarah debía internarse en el hospital para estar en reposo a los dos meses de embarazo.
Los 57 días en el hospital pasaron rápido para Sarah, y el día de la cesárea estaba feliz ante la idea de conocer a sus bebés, las que nacieron a las 33 semanas, regalándoles a todos el hermoso momento que vivieron en la sala de parto.
“Todo salió perfecto” recuerda Sarah “Fue el más hermoso e increíble momento”.
Ahora, con 3 años, Jenna y Jillian ya comienzan a mostrar personalidades diferentes. La primera es muy cuidadosa, mientras que su hermana es osada. Sin embargo, siempre están juntas.
“A veces mi marido va a la tienda y se lleva a una de las gemelas, mientras yo cuido a la otra. Y cuando eso pasa, las dos se enojan y preguntan por la otra. Siempre están juntas”.
“Si una de las gemelas llora, la otra trata de consolarla. Se cuidan mucho una a la otra” cuenta Sarah.
Aunque, como cualquier niño, las hermanas se meten en problemas.
“Si Jenna hace algo malo, le pregunto y me contesta ‘No, fue Jillian’. Como se parecen tanto a veces no puedo distinguir cuál fue la que hizo el lío” explica la madre.
Las gemelas tienen los mismos gustos, les gusta la misma comida, nadar, estar al aire libre y juegan con los mismos juguetes. “Tratamos de no comprar dos cosas iguales para minimizar la competencia, pero así y todo, encuentran algo por lo cual discutir, a pesar de que sea exactamente lo mismo”.
“Jenna llora porque Jillian tiene su pijama. ¡Pero es el mismo pijama!”.
La familia sabe que es hermoso que las hermanas se tengan una a la otra, y que serán mejores amigas toda la vida.
“Las gemelas tienen una relación especial y no puedo esperar a verlas crecer y convertirse en mejores amigas” dice la orgullosa madre, que sigue recordando ese momento cuando se tomaron de la mano segundos después de nacer.