“Hace calor, hace calor, yo estaba esperando que cantes mi canción…”, dice uno de los clásicos de Los Rodríguez. Y es, justamente, ese calor del enero mendocino que, casi a modo inspirador, hace que miles de personas pueblen los bares de los distintos rincones de la provincia para refrescarse un poco junto con amigos.
Como siempre, la calle Arístides Villanueva suele ser ese punto de encuentro que muchos eligen. Buena música, ricas y heladas cervezas artesanales, la mejor onda y la superpoblación de gente suele ser el combo más tentador para las noches vernáculas.
¿El outfit elegido? Casual, sport, bien fresco y descontracturado. ¿El menú preferido? Sin dudas, pizzas, lomos y papas fritas. ¿La bebida “vedette”? La cerveza se lleva el premio, aunque los happy hour de clásicos como mojito o fernet suelen ser muy elegidos también.