Muchos son los niños que se pasan mucho tiempo jugando con el celular, pero a la vez los aparatos son indispensables en esta época, por ello se han convertido en un arma de doble filo para los pequeños.
Por un lado, son una herramienta útil para localizar a los niños y para que se comuniquen en caso de emergencia, tal como fue el caso de este niño pequeño que vió a su mamá en peligro y llamó a emergencias.
En el polo opuesto, los celulares roban la atención de los chicos como puede ser hacer los deberes del colegio.
A mom arrested after taking her teen's cell away as punishment.
— Danielle Knox (@Fox35Danielle) September 20, 2018
Jodie May's ex-husband claimed he owned the phone&filed charges against her. Turns out the daughter did in fact own the phone so prosecutors dropped the charges. Mom would have faced up to 93 days in jail! #Fox35 pic.twitter.com/gqdAMlQzRg
Por esta situación, una madre decidió castigar a su hija quitándole el celular sin saber que la pequeña acabaría denunciándola y que ella sería detenida por la policía.
La protagonista de esta historia se llama Jodie May y vive en Michigan, Estados Unidos.
Jodie estaba en casa amamantando a su bebé de 4 semanas cuando la Policía llamó a la puerta. Los agentes le comunicaron que tenían una orden de arresto contra ella por un robo.
“Me dijo que me iba a arrestar y le pregunté si podía entregarme el lunes siguiente porque tenía un nuevo bebé y aún no se alimentaba”, explicó la mujer en Facebook al publicar su propia historia.
Sin embargo, la Policía no hizo caso y se la llevó detenida. Jodie ingresó en una celda y allí permaneció durante unas horas hasta que fue liberado bajo una fianza de 200 dólares.
Su ex-marido la denunció después de que ella le quitase el móvil a la hija que tienen en común alegando que el dispositivo, un iPhone, estaba a su nombre.
Por este delito la mujer tuvo que ir a juicio, aunque vale decir que el fiscal se quedó atónito al saber a razón por la que Jodie se había quedado con el teléfono pues nadie había mencionado antes que se trataba de un método de castigo.
Por fortuna, se descubrió que el teléfono móvil pertenecía a la niña y no a su padre, con lo que Jodie quedó libre.
“Fue algo ridículo. No puedo creer que haya que tenido que vivir esto, que mi hija me pusiera en esta situación, pero estoy feliz con el desenlace”, expresó la mujer.