El policía Franco Cuello, que prestaba servicios en el grupo GES de Mendoza, quedó imputado por femicidio tras la muerte de su pareja y madre de su hijo, Valeria Ramírez. En un principio, el hombre dijo que el arma la disparó el niño de 3 años en un descuido de los adultos. Sin embargo, las pericias determinaron que no fue así.
Según las investigaciones, el niño no tenía pólvora en las manos, pero su padre sí.
El hecho ocurrió el viernes en la noche en la Casa 3 de la Manzana 3 del Barrio La Gloria y el sábado, Cuello fue detenido.
El viernes, cerca de las 22.15, el hombre llegó a su casa de la guardia policial. Se produjo un tiro que alcanzó a Ramírez, la bala ingresó por la nariz del lado derecho y salió por el torso derecho.
Inmediatamente, el uniformado cargó a su esposa en el auto y la llevó al Hospital Central, donde la intervinieron quirúrgicamente. Lamentablemente, en la madrugada, cerca de la 1.30 perdió la vida.
Intervino personal de la Policía Científica en el domicilio. Y efectivos de la UID en conjunto con personal de Homicidios se desplazó al nosocomio.
Cuando el policía llegó al Hospital Central con su mujer herida dijo que llegó de la guardia u dejó el arma sobre la mesita de luz y se fue a la cocina. Desde allí escuchó el disparo, que habría sido efectuado por su hijo de 3 años.
Otra posibilidad que barajan los investigadores es que el hombre disparo accidentalmente cuando limpiaba el arma. O, que se trató de un femicidio.