“A jugar con Hugo” fue uno de los programas que marcó a una generación de argentinos.
Ofrecía la posibilidad de ganar premios -con el “presupuesto” de los 90- solamente jugando desde casa a través de un teléfono y en tiempo real.
Gabi Roife era la carismática presentadora. La conductora al día de hoy recuerda con cariño el programa y lo representa en sus Redes Sociales.
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"Y así de la nada me acabo de acordar que hoy hace 25 años empezaba a Jugar con Hugo, años felices, grandes recuerdos y todavía hoy recibo más cariño del que pude haber imaginado. Gracias a todos los chicos grandes que me acompañan y me quieren, los quiero", escribió Gaby en sus redes sociales
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Sin Internet masivo, los televidentes llamaban al programa y “jugaban con Hugo”, un simpático dibujo animado que reaccionaba a las indicaciones de cada participante que a través de su teléfono fijo y los botones comenzaba el juego: el 5 era la partida, con el 2 saltaban y con el 8 se agachaban, entre otras variantes.
“En aquel momento llamaban chicos grandes y el límite era de 15 años. El juego los cautivaba, para la época era muy moderno”, destacó Roife tiempo atrás en Diario Show.
Hugo, en realidad, no es una creación argentina. Tiene su origen en Dinamarca en 1990 por parte de Silver Rock Productions -después conocida como ITE Media-. Chile fue el primer país latinoamericano en adaptar el formato, pasó por Brasil y finalmente arribó a Argentina, en una época en que los premios podían ser bastante interesantes.
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Más allá del escepticismo de algunos y hasta acusaciones disparatadas de estafa, lo cierto es que los chicos sí podían mover a Hugo directamente desde su rudimentario teléfono. ¿Cómo?
Pues ITE Media había desarrollado una máquina personalizada -la que vendieron y fue traída a Argentina- que contenía cargada en su memoria los juegos de Hugo a emitirse en la televisión. Hugo haciendo skate, Hugo en la montaña, Hugo en la selva, entre otros.
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La tecnología se basaba en dos computadoras Commodore Amiga 3000, un demodulador DTMF para leer los tonos del teléfono y actuar como entrada, y un sistema de compensación de latencia de señal. Antes de jugar, los participantes debían presionar 5 en el teclado del teléfono, para calcular cuánta era la latencia (o el delay) entre el estudio de TV y la casa en cuestión.
El mismo sistema se utilizó luego en otro programa clásico de Magic Kids, el recordado “Kito Pizzas”.
También, en caso de que la latencia complicara las cosas, algunos chicos eran llamados a jugar en el mismo estudio, obviamente sin salir en pantalla para mantener la “magia”.
Para despejar dudas, la propia conductora Gaby Roife aclaró: “¡Era así! Apretabas los botones del teléfono y Hugo se movía. Hay un gran mito con eso y era muy sencillo, tocabas una tecla y jugabas. ¡Mi marido todavía me sigue preguntando eso! Ahora hasta sería más sencillo que aquel momento”.
Gaby se alejó de la televisión para dedicarse a su familia. Es madre de tres hijos, Amelie, de 15 años, Dante, de 12 y Bautista, de 10 y está casada con Eduardo.
Relató a medios de Buenos Aires que es invitada, cada tanto, a eventos retro y gamers. "El público me saluda como si no hubiese pasado el tiempo", señaló en una entrevista.
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