Astrología y bienestar

Guía para una sana discusión

Este fin de semana los astros crean un ambiente propicio para las discusiones, pero no todas las discusiones son malas, en realidad discutir es un arte pero, ¿Por qué tenemos la tendencia a evadir conversaciones difíciles?.

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Redacción ElNueve.com
22 de octubre de 2021 | 17:00

Discutir, debatir, es la acción de exponer ideas sobre un tema, defendiendo nuestras opiniones e intereses. Astrológicamente sin duda es un arte porque involucra la participación coordinada del Sol (la mentalidad, la forma de ver la vida) y  de los planetas personales Marte (la acción y el verbo) y Mercurio (el pensamiento).

Discutir es una invocación al dios de la guerra y al mensajero de los dioses. Hasta ahí no suena tan complejo, sin embargo ¿por qué rehuimos a este tiempo de acción?. La respuesta es simple: porque en este encuentro no solo están presentes el Sol, Marte y Mercurio, tras bambalinas susurrando al oído, se encuentran la Luna (emociones)  y Venus (deseos).

Discutir es un arte, que se representa a través del lenguaje, es la expresión de nuestras emociones y deseos bajo un manto de ideas y fundamentos. Discutir es una batalla, no es otra cosa, es imposible que sea algo distinto si está presente el dios de la guerra. Pero una batalla no es sinónimo exclusivo de violencia o agravio, una batalla es un encuentro entre dos contendientes. 

Desde los astros, la primera clave para tener una buena discusión es aceptar que es una batalla, y que mi deseo es convencer, persuadir, disuadir al otro para lograr el apoyo a mis ideas. Nadie inicia una discusión con el simple y noble objetivo de informar, la acción periodística de dar a conocer los hechos ocurridos sin juicios ni opiniones es casi lo opuesto a discutir.

Una vez que hemos aceptado que es una batalla, la segunda clave está en prepararse. Debemos dar espacio y revelar a todos los planetas presentes; es decir, antes de iniciar la conversación necesitamos reconocer nuestras emociones y deseos al respecto.

Responder las preguntas: ¿Para qué lo hago? ¿Qué quiero obtener con esto? ¿Qué necesito que el otro haga?, ¿Qué emoción aflora cuando pienso en este tema? ¿Cómo me siento físicamente? estas simples preguntas abren el camino a la expresión de la Luna y Venus.

Después de estos dos pasos recién estamos en condiciones de invocar a Marte y proceder con la acción de abrir camino y citar a mi contendiente con la reconocida frase “quiero charlar con vos”.

Cualquier conversación a gritos, con lenguaje agresivo y agravios, no es una discusión es simplemente violencia y no debemos confundir el arte de discutir con la violencia llana y vulgar carente de objetivo y estrategia.

Y finalmente el último paso, se realiza en el mismo campo de batalla: observar al contendiente, lo cual implica censar su cuerpo, evaluar sus movimientos y escuchar sus argumentos.

Escuchar al otro requiere guardar silencio no solo con la voz, sino también con los pensamientos, cuando estamos escuchando internamente nuestras ideas jamás oímos lo que el otro no está diciendo.

Aquí tienes una guía de tres pasos muy simples para entrenarte en el arte de discutir, y como no hay mejor contendiente que la pareja, si quieres saber más sobre crisis de pareja aquí tienes todos los detalles en este episodio del consultorio del amor.

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