La asociación Grooming Argentina lo define como el acoso virtual a niños y adolescentes que consiste en acciones deliberadas por parte de un adulto de cara a establecer lazos de amistad con un niño con fines sexuales.
En los últimos años, y más en estos tiempos de pandemia, la hiperconectividad por parte de los niños y adolescentes ha aumentado de manera significativa. Son ellos mismos quienes más utilizan los servicios que brinda internet, ya que son considerados nativos digitales, por poseer un conocimiento y dominio casi natural del mismo.
La principal problemática de este medio, son los menores de edad, quienes muchas veces no son controlados cuando acceden a las plataformas virtuales, y pueden caer en algún contenido inadecuado. Como así también, desencadenarse uno de los delitos informáticos más graves de este siglo: El Grooming.
Según lo que señala Hernán Navarro, presidente de la asociación Grooming Argentina, el groomer actúa bajo una falsa identidad haciéndoles creer que son sus amigos, cuando en realidad lo que quieren es ganarse su confianza para luego acosar sexualmente de ellos a través de internet.
Es primordial concientizar a los padres y a los jóvenes de este problema, enseñando e inculcando conductas de seguridad para que toda la información que compartan en las redes sociales sea de carácter privado, ya que en el momento en que se publica en la red, se pierde el derecho de propiedad, así como el control sobre estos contenidos. Una vez que algo se publica, queda en la red y no hay forma de borrarlo.
Laura Jurkowski, psicóloga, especialista en adicción a las tecnologías, señala en su libro "Efecto Pantalla, como lograr el equilibrio digital", algunas sugerencias para prevenir este tipo de ciberacoso:
El principal rol que debe tener el adulto frente a este tipo de situaciones es acompañar, contener, escuchar, conocer, interesarse, aprender y brindar las herramientas necesarias para que los jóvenes sepan cómo actuar cuando se les presenta un hecho similar.
El acceso de los chicos a los dispositivos tecnológicos debe darse de manera gradual y progresiva. En la actualidad, es difícil imaginar una abstinencia total de pantallas, pero cuanto más podamos postergar el inicio de este contacto, más experiencias sensorio motrices tendrán los niños, más tolerancia a la frustración, más desarrollo y más riqueza imaginativa. Es mucho mejor que los chicos conozcan el mundo con sus manos, con su olfato, vista y oído antes de verlo en video.
Si bien, la tecnología e internet son un recurso, una herramienta, que indudablemente ocupan un espacio necesario en nuestro día a día. Las pantallas integran nuestra vida y a través de ellas resolvemos múltiples cuestiones cotidianas. Pero los dispositivos digitales no son buenos o malos porque sí. Como todo, depende del uso que le demos. Por eso, es muy importante poder limitar y hacer una adecuada utilización de los mismos, transmitiéndoles a los niños, niñas y adolescentes cual es la función conveniente que le deben dar a la tecnología, para no caer en situaciones de riesgos. El objetivo es poder lograr un equilibrio digital y tecnológico, en favor de nuestro bienestar.