Graciela Espejo hace 30 años que es docente, aunque empezó a tener contacto con los chicos cuando estudiaba Teatro, carrera que comenzó y que la acercó a la docencia.
Cuando decidió estudiar, su primer trabajo fue en una escuela albergue de Lavalle, y asegura que el año que trabajó allí, fue uno de los mejores de su carrera.
La mujer lleva la docencia estaba en su sangre y su mamá, Amelia, le transmitió el amor por la educación y el respeto por los niños.
Conocé la historia de dos mujeres que representan a todos los docentes.