Psicología

Fiestas familiares: elegir-se para pasarla bien

El preludio de las celebraciones de fin de año, se dejan sentir con una inquietud reinante: dónde, con quién, y de qué manera se pasa Navidad y Año Nuevo. Rencores, duelos, y temas en los que no se coincide parecen generar más dudas, que ganas de aunar la mesa de la familia. Pautas para no morir en el intento.

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Redacción ElNueve.com
18 de diciembre de 2023 | 16:17

"No tengo ganas de ver a tu hermana", ¿Al lado de quién me van a sentar?, "este año que la casa la ponga otra persona", estas y otras tantas expresiones suelen pulular entre muchas otras a la hora de festejar las Fiestas de Fin de año. Reuniones que lejos de aunar un buen momento, charlas y el tan esperado abrazo entre familia y amigos, implica un "deber hacer", que estresa, incomoda y enoja a muchas personas.

¿Cómo deberíamos leer y vivir instancias tan especiales como únicas?

Según explicó la psicológa Noelia Centeno "hay que categorizar el tema de las juntadas familiares de las Fiestas. Lo primero es con quién la pasás, pero dependerá del tipo de familia: padres o no separados, familias ensambladas o no, el o la que siempre pone la casa, y además sumarle a cada configuración lo que cada uno siente y vive, el agotamiento emocional que conlleva llegar a fin de año, en donde este combo hace que se manifiesten un montón de emociones, que en vez de tener como objetivo la celebración por la que supuestamente uno se junta, se da lugar al enojo y la discrepancia. Termina siendo una tortura mental en la que se quiere que 'se pase rápido'".

-Por qué empezamos a medir lo que cada uno lleva, o quién va cuando se supone que uno se junta por un tema profundo ligado a la unión?

Lo que primero se pone de manifiesto en las Fiestas, es que estamos muy cansados y las obligaciones vinculares terminan por ser un "deber ser-hacer". Este mito de que "nadie puede estar solo", y de la "obligación" de un año con tu familia, el otro con la otra...casi como una cuenta matemática y no algo emocional, nos consume por dentro muchas veces. Se suma la culpabilidad como emoción perdiendo de vistas por estos pactos familiares, que se viven con un grado de tensión muy grande, con gente que nos ves casi nunca, en donde parece primar la "obligación".

-¿Y si uno decide de corazón con quién y cómo pasarla? ¿Está mal ser honesto?

No, al contrario, pero se mezclan dos cosas el señalamiento externo de cómo la vas a pasar "solo/a", y por otro lado la acusación de que la persona termina decidiendo desde el egoísmo. Eso hay que cambiarlo y dejar ser a cada quien desde el lugar que necesita o desea.

-Si se desea ir, ¿qué temas evitar para poder disfrutar en paz?

No criticar al otro: lo que trajo, o cómo lo hizo; colaborar con el que pone la casa para que también disfrute del momento, entender que cada casa tiene horarios y tener el timming para irse en el momento adecuado llegado el momento; evitar comentarios sobre edad, apariencia o cuerpo. No suma en nada. Y tener en cuenta que si voy a ir a un lugar, para no estar solo/a, con personas que no veo nunca y que sé que me la van a hacer pasar mal, elegir bien desde mí y evitarlo. Una noche no cambia nada y lo importante que lo que se elija se haga desde el amor propio, y también hacia los demás.

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