Nadya Suleman se volvió famosa ya que luego tener sextillizos, concibió nuevamente a través de fertilización in vitro, a ocho bebés en 2009. La mujer atravesó muchos problemas financieros y el desgaste de ser mamá soltera la llevó a intentar quitarse la vida.
Sus embarazos generaron polémica, ya que Suleman estaba desempleada y vivía con subsidios. Luego, con la fama su vida dio un cambio rotundo: participó en películas pornográficas y sesiones de fotos con muy poca ropa.
Su carrera como actriz porno fue breve aunque fue premiada en cuatro ocasiones. Ocho años después del nacimiento de sus niños, la mujer se alejó de los medios y su rutina volvió a la normalidad. Ahora dice que finalmente está "en paz” y quiere compartir su historia y batalla personal con otras mujeres, con la esperanza de que las inspire.
Nadya, a sus 42 años, manifiesta que quiso dejar atrás el personaje mediático de “Octomom” (mamá de octillizos en inglés) porque asegura: “casi nos destruyó a mí y a mi familia”.
En declaraciones a DailyMail.com reveló: "Todos los días me despertaba con el sentimiento más feo y visceral dentro de mí". “No quería vivir. Me sentía menos que humano como el personaje que pretendía ser, para sobrevivir y mantener a mi familia”, agregó.
La mujer detalló que no quería que sus hijos la recordaran así, refiriéndose a su carrera en las películas para adultos: “Me obligaron a hacer cosas que no quería hacer porque estaba tan aterrorizada de no poder apoyarlos y darles la vida que se merecen”.
“Tuve que medicarme para superar lo que estaba haciendo. Lo mezclaba con alcohol, que luego descubrí que fue por lo que murió Whitney Houston”, confesó, a la vez que dijo: "No quería estar más aquí, pero luego pensé en mis hijos y solo tuve que seguir adelante".
Ella contó cómo llegó a su punto de quiebre después de que un desconocido se le acercara una noche mientras trabajaba como stripper: "Estaba en un club de striptease en Florida, en febrero de 2013, cuando un hombre muy alto entró. Caminó directamente hacia mí y me miró a los ojos. Me agarró de la mano y me dijo de una manera muy suave pero firme: `No tienes que hacer esto´. Lo repitió cinco veces”.
En ese momento Natalie relata: "No pude controlar las lágrimas que corrían por mi rostro. Tuve esa fea sensación de náuseas. Miré hacia abajo por un momento, levanté la vista y él se había ido". La mujer cree que es posible que ese hombre haya sido "un ángel" por lo que decidió hacer un cambio: "Sabía que tenía que volver a ser mi yo sano. No quería que mis hijos no tuvieran una madre".
"Cuando lo abandoné y volví a ser quien realmente soy, tuve esa sensación de paz, de alegría interna”, aseguró.
Natalie tiene seis hijos de sus primeras cinco rondas de fecundación in vitro: Elijah, 16, Amerah, 15, Joshua, 13, Aiden, 11 y gemelos de 10 años, Calyssa y Caleb. Luego, llegaron los octillizos, Makai, Josiah, Isaiah, Jonah, Maliyah, Jeremiah, Nariyah y Noah.
Para tratar de darles una educación más estable, ella se mudó con su familia a Laguna, en el condado de Orange, California. Ahora, trabaja medio tiempo como consejera, hablando con hombres y mujeres que sufren problemas de drogas y alcohol.
Ella dice que, a pesar de cuidar sola a 14 niños, ella no está buscando pareja: “Mi vocación es ser mamá. Soy más feliz en casa con los niños. Y sabía que con esto sacrificaría mi vida social, pero está bien".
Natalie confiesa que fue "muy tonta, inmadura y egoísta" para tener 14 hijos, y que realmente no pensó en las consecuencias: "Estaba en una misión. Solo quería tener un grupo de niños. Pero no puedo imaginar mi vida diferente de lo que es".