Hace algunos días Natalia Oreiro reveló que fue víctima de acoso sexual durante el rodaje de la serie colombiana Lynch en el año 2012. Fue un colega suyo el que la hizo pasar un mal momento.
Se trata Jorge Perugorría, un popular actor cubano que ha trabajado en más de 40 películas y que también es director de documentales y artista plástico. Hace un año fue nombrado miembro de la Academia de las Artes y Ciencias Cinematográficas de los Estados Unidos.
La actriz contó este mal momento en el ciclo de entrevistasHablemos de todo, lanzado por la web de la Subsecretaría de la Juventud para contener a los adolescentes que sufren bullying, grooming, consumo de drogas, entre otras problemáticas. En la misma, Oreiro aseguró que Perugorría en una escena le arrancó el corpiño sin que estuviera pautado.
"Una vez, trabajando en el exterior con un actor, se fue de copas y como que me quiso avanzar. Y al principio uno como que dice: 'Bueno, tenemos que seguir trabajando juntos, ponete las pilas, no me interesa nada'. Pero él se puso denso y lo tuve que parar físicamente, empujándolo muy fuerte. Y me fui del lugar donde estábamos", aseguró Oreiro en una entrevista con Franco Torchia.
A pesar de que lo había frenado, su cmpañero continuó molestándola: "Tuve que seguir trabajando con él y, posteriormente a eso, en una escena que teníamos que hacer, pautamos la dinámica de la escena. Era una escena romántica y habíamos pautado que él me sacaba la camisa, yo abajo tenía un corpiño, y en el medio de la escena me lo arranca. Bueno, obviamente yo me puse muy mal, pero él continuó con la escena".
Pero la actriz no se quedó de brazos cruzados y decidió contar lo que había ocurrido a la producción: "Cuando terminó, me fui a hablar con el director y me pidió repetirla para no utilizar esa -recordó Natalia-. En ese momento, lo que hice fue denunciar la situación al productor y después elevé una nota donde puse no solamente que había sufrido este tipo de acoso, sino también que en mi contrato no se hablaba de eso. No puntualmente del acoso porque uno no lo prevé nunca. No podés poner en un contrato que, si alguien te acosa, no debe de hacerlo. Es de usos y costumbres. Pero sí dentro del contrato había unos ítems donde decía que yo podía decidir qué hacer con mi cuerpo, dónde exponerme y dónde no. Fue una idea mía".
Por último, Oreiro manifestó: "Me generó mucha ansiedad, mucha angustia y baja autoestima. (Perugorría) me pidió disculpas y dijo que tenía problemas con el alcohol, que lo que había hecho fue bajo los efectos del alcohol".