El perrhijo o perro-hijo es un novedoso concepto que se ha construido a partir de los nuevos lazos que se establecen con las mascotas, sobre todos para aquellos que han constituido nuevos modelos familiares con sus compañeros peludos. Con o sin hijos "humanos", hombres y mujeres se asumen como padres y madres frente a perros y gatos.
Esta humanización del vínculo con las mascotas tiene defensores y detractores.
Están quienes aseguran que es una forma inevitable de relación por el lugar que nuestras mascotas ocupan en nuestras vidas, con beneficios para una y otra parte; y los que establecen que nos encontramos frente a una relación casi patológica que sólo trae problemas a las personas y los animales.
Los que están en contra de la humanización de las mascotas no pueden ver con buenos ojos acciones como festejarles sus cumpleaños con tortas, globos e invitados, llenarles de ropita su placard, ponerles botas de lluvia, sentarlos a la mesa con su plato o dejar de hacer actividades personales por no dejarlos solos. Aseguran que no trae algún aporte a la calidad del vínculo con la mascota.
Por otro lado, quienes se muestran a favor, observan que quien no asume alguna de estas conductas no logra finalmente una relación que esté basada verdaderamente en el cariño y amor hacia el otro ser.
Las mascotas, en general, suelen ser leales, agradecidos de los cuidados que se le brindan y generosos hacia nosotros con sus muestras de afecto.
Quienes aman a los animales perciben la reciprocidad de cariño.
Pero… ¿vos creés que humanizarlos es nocivo el animal y la relación que se establece? O, por el contrario, nunca el exceso de atención puede traer problemas y complicaciones.
Dos médicos veterinarios de nuestra provincia nos ofrecen su mirada sobre el tema, uno a favor y otro en contra de los perrhijos.
PERRHIJOS SI
PERRHIJOS NO
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