Peligroso atentado

Envenenaron a un gremialista con radiación nuclear

Damián Straschenco es secretario adjunto del gremio de Luz y Fuerza de Zárate y no hay dudas que alguien envenenó una botella de agua con intención de matarlo.

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Redacción ElNueve.com
26 de mayo de 2017 | 15:22

Una grave denuncia involucra al reactor nuclear Atucha en prejuicio del gremio de Luz y Fuerza.

Damián Straschenco, secretario adjunto del gremio de Luz y Fuerza de Zárate y trabajador de Atucha, denunció que fue envenenado con radiación en una botella de agua que tenía en su oficina dentro de la compañía.

La denuncia fue radicada ante la Justicia federal, que caratuló el caso como "intento de homicidio”. según informa el diario Ámbito Financiero.

El gravísimo hecho se produjo el 9 de mayo en la empresa, bajo control de la estatal Nucleoeléctrica. Ese día, mientras Straschenco se retiraba de su lugar de trabajo, los detectores colocados en los portales de la compañía dispararon una alarma que daba cuenta de un grado hasta entonces no determinado de radiación.

La presencia de material radiactivo en el cuerpo del dirigente fue más llamativa por no encontrarse entre el personal autorizado para acceder al reactor nuclear, cuenta Ámbito.

Si bien la investigación interna no termina, ya se determinó que Straschenco había ingerido agua de una botella de su propiedad que había sido deliberadamente contaminada.

El gremialista contó al diario que el nivel de radiación hallado en su cuerpo, según los estudios preliminares, "oscila entre 130 y 180 milisieverts, cuando la medida máxima tolerada para un trabajador expuesto a la actividad del reactor nuclear es de 20 milisieverts por año".

La información fue confirmada por la responsable del área de Institucionales de Nucleoeléctrica, Mabel Barbas, confirmó anoche el incidente, admitió que fue un hecho "deliberado, malicioso" contra el sindicalista, aunque sostuvo que el nivel de contaminación encontrado en su orina "es menor" y que "no representa un riesgo para su vida".

Como advierte el diario, más allá del grado de contaminación, el episodio es inédito en los 62 años de historia de la energía nuclear en la Argentina y pone en evidencia una violación a los estrictos protocolos -internacionales- de seguridad en la empresa, en momentos en que la Argentina encara la construcción de Atucha III y de un cuarto reactor en la provincia de Río Negro.

Straschenco y la portavoz de la empresa coincidieron en descartar de plano la posibilidad de un accidente y en ambos casos hablaron de "un accionar malicioso" destinado a causarle un daño al gremialista.

En la planta hoy trabajan 1.600 personas, y el dirigente admitió no tener sospechas respecto de la autoría del atentado.

Apenas detectada la contaminación, el trabajador fue sometido a "una asistencia médica de protocolo para poder eliminar lo más rápido posible lo que se pudiera de la radiación, y después una serie de controles" que, según dijo, se mantendrán en el tiempo hasta determinar eventualmente que no hay concentración en su cuerpo.

Barbas, por su parte, recalcó que "No hay dudas de que es un hecho malevolente, deliberado, aunque no podemos saber si fue o no un atentado".

Fuente: Àmbito Financiero

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