Emmanuel Garay, tenía 19 años y vivía en La Rioja. El joven quiso ser policía cómo su papá y se inscribió en la Escuela de Policía de La Rioja.
Durante el entrenamiento al que su papá describió como una "verdadera tortura", Emmanuel cayó al piso deshidratado. Estuvo durante un tiempo en el suelo y luego fue internado en una clínica riojana donde después murió de un paro cardíaco.
La autopsia al cadáver del cadete Emmanuel Garay determinó que la causa de muerte fue un cuadro de "deshidratación aguda grave e insuficiencia renal", según informaron fuentes judiciales.
Mucha tristeza por la muerte de Emanuel Garay, el joven policía de La Rioja de 19 años. Acompañamos a la familia y amigos en el dolor, y nos ponemos a disposición de la provincia para colaborar. Todos debemos redoblar esfuerzos para evitar que se repitan estas prácticas
— Patricia Bullrich (@PatoBullrich) 10 de febrero de 2018
Garay falleció este sábado tras permanecer seis días internado a causa del salvaje entrenamiento extremo para ingresar a la Escuela de Policía de La Rioja. "No puede ser que los cadetes estén peleando por su vida... El baile es una verdadera tortura", denunció por su parte Roque, ex agente y papa de la víctima.
"La instrucción salvaje que le daban a los cadetes es normal. Lo primero que se hace es una formación. El patio de armas es de hormigón. Están formados dos horas, al rayo del sol, es un castigo", reveló y apuntó que "Después empieza el 'baile', salto de rana, ejercicios, los hacen dar vueltas, correr de espaldas, él aguantó el primer entrenamiento pero se fueron 15 de baja".
"Mi hermano cayó deshidratado. En ese momento la persona que estaba a cargo dijo esa frase aberrante: 'Si se tiene que morir, que se muera'. Estuvo media hora más bajo el sol abrasador y luego le tiraron un baldazo de agua", contó Adrián, hermano Emanuel.
"Es un entrenamiento muy duro, antes daban agua, yo le dije a mi hijo 'si te llegas a sentir mal, te tiras al suelo y decís que estas acalambrado", dijo por su parte Roque.
"Esto es común, viene desde hace años. A veces se inscriben 400 y se reciben 50. La forma de sacarse a los aspirantes de cadetes es el entrenamiento, que en realidad es una tortura: son sometidos hasta que se desmayan, han recibido golpes, les han pegado", cerró.