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El guiño LGBTIQ+ de la novela Pantanal

La producción de origen brasileño desafió los tiempos de Bolsonaro proponiendo eróticas escenas de amor entre mujeres y puso como protagonista a un actor bisexual.

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Redacción ElNueve.com
15 de junio de 2023 | 15:58

Pantanal es la novela brasileña que llegó a ocupar a Canal 9 Televida el lugar de privilegio que dejó Gran Hermano. Y más allá de los paradisíacos paisajes que muestra y de la historia de amor entre Juve y la salvaje Juma Marrúa algunos guiños a la comunidad LGBTIQ+ la vuelven un producto más que atractivo para los televidentes.

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Pantanal retoma la tradición en la cual se funden naturaleza y vida humana. Filmada en un paraje pleno de humedales en donde la flora y la fauna cobran una relevancia pocas veces vista en la televisión abierta, coincide con las pasiones desatadas y los sentimientos violentos y desmesurados de sus habitantes. El escenario se complementa con un cosmos paralelo de espíritus que hablan con los vivos, varones que se transforman en anacondas y mujeres fieras y valerosas que, para desafiar al machirulaje hegemónico, tienen la potencialidad de metamorfosearse en jaguares. En suma: un realismo mágico que recoge leyendas locales adaptado a los ritmos televisivos.

Civilización o Barbarie 

La novela empieza contando la historia de José Leoncio y Madelaine, en ellos se encarna la paradoja de la civilización y la barbarie, el campo y la ciudad. En una atracción casi irresistible y casi erótica entre ambos se desarrolla un fugaz amor que termina en Juventino, el hijo de ambos.

Y es, justamente, en el amor de este joven con la salvaje Juma Marrúa del Pantanal en donde termina confluyendo la mayor de las discrepancias entre la sociedad sin cultura y la culta imposición de mantener los impulsos a raya por una cuestión de sociedad.

Pero, además, la novela no se priva de reflexionar sobre diversas formas de ser varón y mujer y sobre las diversidades sexuales. En efecto, el paisaje selvático parece dar lugar a todas las formas de voluptuosidad: en los primeros episodios, Juma mantiene una relación que no osa decir su nombre con otra mujer a la que, no casualmente llaman Muda. Muda, que en realidad tiene el tan prestigioso nombre lésbico de Rut, no es que no puede, sino que no quiere hablar porque tiene sentimientos encontrados e inconfesables con Juma

A su vez, el delicado Joventino fue criado en Río de Janeiro y cuando llega al Pantanal su padre está aterrorizado de que sea gay y es burlado por los peones que lo consideran afeminado. Ante ello, lejos de negarlo, y para rebelarse a la vez contra la ignorancia paterna y las violentas masculinidades hegemónicas, el muchacho se autodefine como “hombre-mujer” o como “hombre- flor”. Al momento de enterarse de que Juma convive con otra mujer, se fascina: dos mujeres en una choza en un ambiente hostil le parecen el epítome de la osadía, de la libertad y de la magia. 

 

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