El Papa Francisco ha dado a entender miles de veces que no le gusta la gente que está quejándose todo el tiempo y ahora lo ha dejado bien claro con un cartel que ha colgado en la puerta del departamento que habita en el Vaticano.
Con letras rojas y en grande ha puesto un cartel que dice “Prohibido quejarse” y agrega “los infractores están sujetos a un síndrome de victimismo con la consecuente disminución del sentido del humor y de la capacidad para resolver problemas”.
El cartel agrega que “la sanción es doble si la violación es cometida ante la presencia de niños”. El texto del aviso termina de esta manera: “Para volverse el mejor de uno mismo hay que concentrarse en las propias potencialidades y no en los propios límites, por lo tanto: deja de quejarte y actúa para hacer mejor tu vida”.
La foto fue publicada por el sitio de internet Vatican Insider (Dentro del Vaticano) y cuenta que ese aviso lo creó el psicólogo y psicoterapeuta Salvo Noé, autor de libros y de cursos de motivación. En su último volumen dedicó algunas páginas precisamente a Jorge Bergoglio.
El pasado 14 de junio, al final de la audiencia en la Plaza San Pedro, Noé pudo saludar por unos instantes al Papa, a quien le regaló su libro, una pulsera y el aviso, mismo que Francisco apreció inmediatamente y saludó con esta frase: “Lo voy a poner en la puerta de mi oficina, en donde recibo a las personas”.
La oficina del Papa, en donde se verifican normalmente las audiencias, es en el Palacio Apostólico, cuya austeridad y belleza no habrían quedado muy bien con el aviso, por lo que Francisco decidió ponerlo fuera de su habitación.