El Consultorio: aprendé a estimular el punto P, con P de Placer y no de Pudor

(Por Eva Rodríguez)

El punto P masculino es el equivalente al punto G femenino. Recordemos que al igual que el punto G, el punto P no es un punto, no es un botón ni es un lugarcito escondido que hay que encontrar. Se le llama “punto” pero es una ZONA, es todo un área. Y es una pieza clave de la anatomía de las personas con pene en cuanto a lo sexual.

¿Por qué podría interesarnos estimular el punto P?

Porque es una zona llena de terminaciones nerviosas que al ser estimulada genera una sensación extremadamente placentera y lleva el orgasmo de las personas con pene a otro nivel. Permite experimentar un orgasmo muchísimo más intenso y profundo.

La estimulación del punto P es tan placentera que es posible y probable eyacular solo con la estimación de esta zona. Eso significa que si logramos un estado de relajación, confianza, entrega y la estimulación correcta, entonces puede ocurrir algo inolvidable.

¿Dónde está el punto P?

Las partes anatómicas implicadas en la búsqueda y la estimulación del punto P son: el ano, el esfínter anal, el recto y la próstata. 

El punto P se encuentra no muy lejos de la entrada del ano, en dirección hacia el abdomen o el ombligo. A unos entre 3 y 5 cm de distancia. El punto que estás buscando se siente como un bultito del tamaño de una nuez. Ese bultito es la próstata y ese es nuestro “punto P” (P de próstata).

Este punto también se puede estimular desde afuera y la zona acariciar seria entre los testículos y el ano. Hay un pequeño huequito o piel rugosa, esa zona se llama Periné. El periné tiene muchas terminaciones nerviosas y la presencia de la próstata con lo cual es muy sensible al tacto.

¿Cómo estimular el punto P?

Primero: Ir preparando la zona poco a poco. Ya que es una zona muy sensible y puede dar cosquillas o dolor si nos aproximamos bruscamente. Lo primero es estimular el Periné, que es la zona de piel entre los testículos y el ano. Podes realizar caricias, ir estimulando poco a poco, ir entrando en calor desde la zona externa del punto P.

Segundo: Aprovecha el juego previo para irte acercando al ano, irlo estimulando por su parte externa con el objetivo de que se relaje, empiece a sentir las caricias y el placer y se distienda. Esto lo podés hacer con caricias suaves o con algún juguete sexual. Ya acá empezamos a usar lubricante y guantes. En este paso podés demorarte todo lo que quieras, incluso puede resultar un juego muy excitante llegar hasta acá solamente. La consigna es de a poco. No hay prisas ni apuros. 

Tercero: Vamos a ir despertando la zona del punto P. Usando el lubricante vas a introducir un dedo, pero no te vayas muy al fondo. Es progresivo y tiene que ser lentamente para no lastimarse ni generar un reflejo del esfínter anal que termine en que se contraiga. No te olvides que es un área muy sensible y cualquier estimulación ya es un montón. Andá despacio y siempre chequea que tu pareja está disfrutando.

Cuarto: Ahora y recién ahora llegamos al punto P. Podes introducir tu dedo un poco más al fondo. No es tan profundo, el largo de tu dedo te sobra para llegar al punto P. Dirigite hacia el ombligo, no hacia arriba. Vas a buscar un bultito pequeño con forma de nuez. Este es el punto P. Y ahora si podes comenzar a masajear, acariciar, dar suaves golpecitos o lo que a tu pareja le guste. 

¿Qué voy a necesitar?

• Lubricante anal que es más denso y duradero que el lubricante común  
• Guantes de látex o guantes de dedos o preservativo para colocarte en el dedo para evitar la suciedad y para que toda la estimulación sea más limpia. Los guantes de dedos vienen especiales con texturas para aumentar las sensaciones placenteras.
• Vibradores o juguetes sexuales, pero específicamente anales, que tienen un tope que evita que sean tragados por tu esfínter anal en caso de una contracción
• Además, es crucial que tus uñas estén cortas porque si no podés lastimar a la otra persona o a vos mismo en el caso de que quieras autoinvestigarte. 
• Toallas húmedas para higienizar en caso de cualquier accidente

¿Miedo a que me guste “demasiado”?

Estimular el punto P no tiene absolutamente nada que ver con tu orientación sexual. Los hombres heterosexuales tienden a ver el ano y la penetración del ano como algo prohibido, algo estigmatizado o algo que si disfrutan podría cambiar su orientación sexual. 

Algunas cosas para decir al respecto:

-En el sexo mientras nadie sufra, mientras todos estén ahí con consentimiento y se puedan ir cuando quieran, entonces: TODO VALE. No hay límites a lo que te puede gustar. Tu cuerpo es una máquina de experimentar placer y todos los agujeros de nuestro cuerpo nos dispensan placer porque están recubiertos de terminaciones nerviosas.

Como por todos los agujeros de nuestro cuerpo ocurren funciones vitales como comer, reproducirnos, evacuar; el cuerpo nos premia cuando los usamos generándonos una experiencia placentera. Es como que tu cuerpo te dice:
¡Bravo, usaste el ano y eso me gusta! Entonces que te guste usar una parte de tu cuerpo que está llena de terminaciones nerviosas es lógico. Porque se siente bien. 

-Acordate que a tu orientación sexual la define hacia quién te sentís atraído, no las partes de tu cuerpo que te gustan usar.

-Por último, si un día te das cuenta que tu orientación sexual está cambiando o te sentís atraído por otras personas, además de mujeres, ¡bien por vos! Acéptalo con naturalidad que es lo más normal del mundo!

-Tarde o temprano todas las personas con pene van a tener que acudir a un control prostático y van a recibir un tacto sin amor. Entonces porque no animarse a probarlo en casa, amorosamente, acompañados por alguien querido o bien solos, pero con el objetivo de sentir placer y descubrir las posibilidades placenteras infinitas de nuestro cuerpo.