Un viaje por el mundo que se convirtió en una travesía del horror. Los chilenos Felipe Osiadacz y Fernando Candía participaron de un confuso episodio en el que murió un hombre y ahora podrían ser condenados a la horca.
Los turistas chilenos, de 27 y 30 años, se conocieron en Nueva Zelanda mientras trabajaban por un programa de empleo y decidieron seguir sus vacaciones en el país asiático.
Los familiares relataron que la travesía del terror para estos jóvenes comenzó luego de salir de un bar cercano al hotel donde se hospedaban. Los jóvenes volvieron de madrugada y un malayo los abordó en el camino y empezó a pedirles plata, una y otra vez.
Al llegar al complejo turístico empezó a agredirlos y, tras las reiteradas negativas de los chilenos, le solicitaron a la recepcionista que llamara a la policía, según el comunicado de los familiares.
En ese momento, el hombre se habría puesto más intenso y por ello los chilenos forcejearon con él. En ese momento el hombre sufrió un paro cardíaco y murió.
"Como el nivel de agresividad de esta persona aumentó, ellos se asustaron y lo inmovilizaron sin ninguna intención de causarle daño, pues todo lo sucedido fue en defensa propia", explicaron los parientes de los turistas.
A partir de ese momento empezó el calvario para los jóvenes, que fueron detenidos y permanecen encarcelados en la prisión de Sungai Buloh.
Tienen muy poco contacto con sus familiares y podrían enfrentarse a la pena de muerte, por el delito de homicidio. De acuerdo a un informe forense, el hombre que murió "se encontraba bajo la influencia de diversos estupefacientes".
"A partir de ese minuto, este hecho terminó con los sueños y proyectos que ambos tenían, devastando de paso a familiares y amigos, quienes hemos acudido a todas las instancias posibles para traerlos de vuelta a nuestro país", indicaron los familiares de ambos.
"Desde que fueron detenidos, han pasado nueve meses los cuales han sido una verdadera pesadilla para ellos y nosotros; la distancia y las diferencias culturales lo hacen aún más difícil. La angustia, incertidumbre y temor nos han embargado de forma continua estos meses", afirmaron.
El director general de Asuntos Consulares y de Inmigración de Chile, Raúl Sanhueza, explicó que el consulado asiste a los detenidos y a sus familiares desde el primer momento. "Lo tomamos como compatriotas nuestros que están en una situación difícil y que requieren el acompañamiento y el apoyo de sus cónsules", explicó el funcionario.
El padre de Osiadacz, uno de los encarcelados, explicó que el juicio se desarrollará el próximo 29 de mayo y advirtió: "Si la abogada no logra rebajar los cargos a homicidio negligente, mi hijo arriesga pena de muerte". "Hasta el momento rechazaron las cartas de apelación enviadas por la abogada", se lamentó el hombre, que ratificó que su hijo y su compañero "no tenían intención de matar a nadie".
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