Dos nenes, de 6 y casi 2 años, están internados en terapia intensiva luego de comer un budín que tenía droga y que había sido preparado para llevar al penal de Ezeiza. Están internados desde el 2 de octubre.
El diagnóstico que tienen es "intoxicación medicamentosa".
Todo comenzó cuando una mujer contrató a un remesero para que hiciera un servicio de mensajería. Debía levantar un pedido en Liniers y de ahí llevarlo al penal de Ezeiza. Era comida que le mandaba a su hijo. En la cárcel lo recibiría su nuera.
El hombre hizo el mandado tal cual se lo pidieron. Fue hasta Liniers, buscó el pedido, que eran milanesas y un budín, y fue a Ezeiza. No había nadie en el punto de encuentro que le habían referenciado.
Espero un tiempo prudencial y se retiró. Llegó a su casa y le dio el paquete a su esposa. Ella, al abrirlo y ver que eran milanesas y budín, se lo regaló a una vecina muy humilde que vive sola con su hijo y sus dos nietos.
Felices por lo recibido, los niños se comieron el budín en la mediatarde. Pero a las pocas horas se descompusieron. La familia pensó que el bizcochuelo estaba en mal estado, sin embargo desde el hospital le dijeron lo que realmente era. Los niños tenían en el cuerpo benzodiacepinas, una droga que “se utilizan para tratar la ansiedad, insomnio y convulsiones”.
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