La Dislexia es un trastorno que dificulta la lectoescritura, es de carácter persistente y específico. Es importante aclarar que se da en niños y niñas que no presentan ninguna desventaja física, psíquica ni sociocultural, su origen deriva de una alteración del neurodesarrollo. Al respecto, la psicopedagoga Marcela Gallella Rivero expresó: "No es una enfermedad, es una condición que está determinada neurobiologicamente. Lo que hace es repercutir en áreas cerebrales, áreas que fundamentalmente van a actuar o a permitirnos lo que son las conciencias fonológicas, lo que es la memoria verbal y todo lo que son los procesos visuales necesarios para la lectura. Esto a grandes rasgos".
Por lo tanto no se consideran disléxicos aquellas personas que tienen un retraso intelectual o madurativo, alguna discapacidad psíquica o física, chicos no escolarizados o en situaciones ambientales desfavorables. Sí, en cambio, manifiestan dificultades para recitar el alfabeto, denominar letras, realizar rimas simples, analizar o clasificar sonidos. Además, la lectura tiene características puntuales: omisión, sustitución, distorsión, inversión, adicción, lentitud y vacilación. "Más allá de eso, el hecho de que estas áreas cerebrales no se activen de una determinada manera, hace que otras áreas cerebrales se activen para compensar. Es allí donde aparece la creatividad" explicó Marcela.
¿Pero a partir de cuándo uno puede identificar esta condición? La psicopedagoga fue clara: "Generalmente el diagnóstico no se puede dar antes de los siete años. Pero sí hay indicadores previos. Alrededor de los cuatro años aproximadamente yo ya puedo empezar a detectar indicadores, no lo podemos diagnosticar claramente pero sí empezar a estimular y trabajar". Y agregó: "Los docentes, los pediatras y los papás son los primeros que tienen que estar alerta y ocuparse".
La joven influencer de Mendoza que busca concientizar sobre Dislexia y Discalculia, Giuliana Ferro de 24 años, sumó su testimonio al panel: "No me acuerdo la edad pero me lo detectaron temprano. Eso hizo que se pudiera intervenir antes, mejorar un montón de cosas y adquirir más herramientas. En la primaria ya me costaban los colores, los números, leer. Me confundía la B, la D, la P y la Q. En la primaria fui conciente pero en la secundaria lo entendí". Y acotó: "Tuve mucha ayuda de profesores, maestros, mi mamá -que me ayudó un montón- de mis compañeros. Ayuda mucho la red de contención".
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