Los efectos de la crisis se visibilizan en Mendoza: sigue cayendo el consumo y muchos han tenido que sacar préstamos para pagar impuestos.
Otros mendocinos han dado de baja a las tarjetas de crédito para no endeudarse.
La corrosión de la crisis comenzó para muchos por dejar de lado los gastos en entretenimiento y artículos suntuarios, para comenzar a degradar el acceso a los alimentos.
Los comerciantes señalaron que la actividad está paralizada y que ha caído el consumo de productos básicos como carne, pollo y pan.
Según los expertos, el mendocino prioriza pagar los servicios como la luz, el agua y el gas y luego con el resto del salario organiza su economía familiar.
En algunos casos los impuetos han aumentado, desde el 2016 a la fecha, hasta un 2.000%.
Para la economista Paula Pía Ariet estas son claras señales de la pérdida del poder adquisitivo, situación que se agudizó durante el último año.