“Cosmeticorexia": nueva obsesión infanto-juvenil

Se conoce como “cosmeticorexia” al trastorno vinculado a la obsesión por el cuidado de la apariencia sin imperfecciones y el uso excesivo de productos cosméticos. “Actualmente estamos viendo en la niñez tardía o adolescencia temprana y adolescencia intermedia, que tanto las varones como las mujeres están siendo muy influenciados por los cuidados que habitualmente hacen más las personas adultas”. La cita es de una nota de Infobae y la opinión nada menos que de Ángela Nakab, médica, de la  secretaria de la Subcomisión de Medios y Comunicación de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP) y jefa del Hospital de Día Polivalente del Hospital Elizalde. Una dato no sólo con la autoridad de quien lo sostiene, sino una tendencia que desde la redes sociales prolifera de forma naturalizada.

¿Qué pasó con los juegos infantiles de "emular" jugando la manera de vestirse o maquillarse de los adultos? Quedaron allí amurados entre bambalinas de lo que implica simplemente "jugar". Hoy la era digital tan maravillosa, resta en muchos puntos cuando de exposición y obsesiones de menores se trata. Del "juego" se pasó a la obsesión y cuidados innecesarios a una edad tan temprana como preocupante, ya que de cara a las redes, niños y adolescentes quedan expuestos a millones de peligros que suelen traer este tipo de "hábitos".

Desde la mirada de la psicóloga Vanesa Elías "hay un boom preocupante de nenas cada vez más chiquitas armando videos o reels mostrando y explicando cómo maquillarse, o los cuidados de 'skin care' que deben tenerse. Se ha ido generando una especie de adicción al make up y cuidado estético como un modo también de de existir en un mundo 'adultocentrista'".

-¿Cómo diferenciar lo lúdico de lo peligroso u obsesivo?

Es fundamental diferenciar cada caso porque es diferente. En esta era digital no es que ha dejado para muchos niñas o niños de existir el juego, no estamos hablando de eso. Hablamos de preocupante cuando la actitud que toma la crriatura tiene que ver con el mundo adulto, que nada tiene que ver con el juego. Por ejemplo hace un tutorial de cómo maquillarse como si fuera una mujer adulta.

Diferenciar el juego de un rol que no corresponde, ya que se trata de una nena, no de una mujer, es fundamental. No se trata de asustarse, sí de ocuparse de que no se transforme en un lugar de identificación.

-¿Qué pueden  hacer los padres o madres?

Acompañar sin reprimir, sin que eso que la niña hace se transforme en un lugar prohibido o pecaminoso. Hay que investigar, ver qué hace y por qué. Es el desafío que tenemos los adultos frente a infancias y adolescencias tan diferentes a las nuestras. Necesitamos saber por qué quiere grabarse o maquillarse, y hay que ver de qué edad hablamos para acompañar e informarnos dependiendo el caso. No es lo mismo una nena de seis años, a una nena de 12. Lo que no implica estar empapados de lo que hace en redes, por qué tiene la necesidad de hacerlo, hasta dónde hay un límite sano y poder ser responsables y presentes en este sentido. Los modelos de identificación están ahí al alcance de la mano, en un reel tras otro mostrando el modo en el que se ‘debe ser’ a determinada edad, y de pronto nos encontramos con niñas haciendo o jugando a hacer el tutorial de cómo se maquillan y el skincare que usan influenciadas por lo que consumen.

Ante este fenómeno, para Nakab, el rol del adulto es primordial. Según ella, “tienen que ofrecer contención, sostén, apego seguro, estimular su autoestima y cambiarles la posibilidad de pensarse a sí mismas como personas que tienen una buena suficiencia, haciéndoles saber que no se requiere de estos productos y que la imagen no tiene que ver solamente con lo que uno ve en la red”.

La psicóloga Vanesa Elías estuvo con el equipo de Cada Día, mirá la nota