El Sumo Pontífice recibió al secretario de Estado del Vaticano y empoderó a una monja. Tuvo una leve mejoría, pero su estado aún es crítico.
Desde hace más de 10 días, el Papa Francisco está internado en el Hospital Gemelli de Roma por una pulmonía bilateral. Ha necesitado oxígeno y, además, tuvo anemia e insuficiencia renal. En el parte médico de este martes, se destaca que pasó una noche tranquila y que si bien su condición sigue siendo grave, hubo una leve mejoría en sus análisis.
El Papa no volvió a presentar nuevas crisis respiratorias, la última fue el sábado. La insuficiencia renal detectada recientemente no supone un peligro inminente, el tratamiento con antibióticos muestra resultados positivos y de a poco se va reduciendo el oxígeno suplementario.
No obstante, el pronóstico sigue siendo reservado y los médicos prefieren mantener la cautela.
Trabaja desde el hospital
Pese a estar internado, el Papa Francisco continúa con su labor. Este lunes mantuvo una reunión con el cardenal Pietro Parolin, secretario de Estado del Vaticano, y con el arzobispo Edgar Peña Parra, jefe de gabinete del Vaticano, en la que aprobó nuevos decretos de santidad y convocó un consistorio para definir fechas de canonización.
“La labor de la Iglesia no se detiene y el Papa sigue tomando decisiones importantes”, aseguró la Santa Sede.
En esa reunión, Francisco autorizó la beatificación de cinco personas, convocó un consistorio para formalizar dos canonizaciones, designó nuevos obispos en Brasil y Canadá e introdujo cambios en la normativa vaticana, otorgando mayores atribuciones a Sor Raffaella Petrini.
Oraciones en la Plaza San Pedro
A pesar del mal clima, miles de fieles se reunieron el lunes en la Plaza de San Pedro para pedir por la recuperación del Papa. El cardenal Parolin encabezó la primera vigilia de oración, mientras que este martes la ceremonia estará a cargo del cardenal Antonio Tagle.
Mientras el círculo cercano del pontífice mantiene la esperanza, algunos sectores conservadores han difundido versiones alarmantes sobre su salud. Sin embargo, líderes eclesiásticos próximos a Francisco se muestran optimistas.
“Desde lo humano, no creo que haya llegado su hora”, opinó el cardenal hondureño Óscar Rodríguez Maradiaga.