Aunque la causa penal fue cerrada por el paso del tiempo, el Gobierno confirmó la suspensión por 60 días. El agente, que había sido acusado de golpear y amenazar a su pareja, pidió anular la sanción, pero su reclamo fue rechazado.
Un policía de Mendoza fue suspendido por 60 días luego de que su pareja lo denunciara por violencia de género. Aunque la causa judicial fue cerrada porque pasó mucho tiempo, el Gobierno provincial decidió mantener la sanción.
El caso comenzó cuando la mujer, con quien el policía tenía una relación, lo acusó de haberla golpeado. La justicia lo había imputado por lesiones leves y amenazas, pero más adelante la causa prescribió y fue sobreseído.
Sin embargo, la Policía continuó con una investigación interna para revisar si su comportamiento era apropiado para su cargo. Esta investigación no depende de la justicia penal y se hace para evaluar el accionar de los empleados públicos.
El agente trató de revertir la sanción argumentando que no se probó que él haya sido responsable de las lesiones y que la resolución no tenía fundamentos. Pero el Gobierno confirmó la suspensión.
El decreto oficial
En el dictamen oficial se explicó que la resolución está bien fundamentada y que, aunque no haya condena penal, es posible aplicar una sanción laboral si se considera que la conducta fue inapropiada.
“El objetivo del sumario administrativo no es comprobar si hubo un delito, sino ver si se incumplió alguna norma dentro del trabajo”, aclara el decreto.
Finalmente, el recurso del agente fue rechazado y la sanción quedó firme.
El decreto lleva la firma del gobernador Alfredo Cornejo y de la ministra de Seguridad y Justicia, Mercedes Rus.