Cuando uno elige y es elegido para compartir una relación o vínculo con alguien, los primeros tiempos del encuentro fluctúan entre el romance más rosa, una sexualidad candente, y los momentos más mágicos. Sin embargo el tiempo mete mano, y la burbuja se pincha rápido, entonces palabras como rutina, agobio, y molestia respecto a costumbres o "detalles" que antes nos parecían encantadores de la otra persona, parecen perder el hechizo.
-¿Cómo hay que pensarnos entonces como pareja, y qué desafíos nos interpelan?
Según explicó el psicólogo, escritor y conferencista Bernardo Stamateas, "La pareja es el tercero que armamos entre dos personas, se trata del cerebro de pareja, es el 'nosotros'. Esa construcción del cerebro de la dupla es justamente la gran elaboración que hacemos día a día de las parejas. No amamos al otro en su totalidad. Hay cosas que nos enamoran, algunas que nos desenamoran, y otras neutras.
-¿Y cuándo surge el problema?
"Cuando lo que nos desenamora es más grande que lo que nos enamora".
Según contó el profesional "en general existen dos grandes crisis o conflictos de pareja. El primero tiene que ver con la cultura de pareja. "Esto implica por ejemplo que si vos venís de un país 'X', y él del país 'Y', el desafío al juntarse es poder armar un nuevo país. Buscar esa nueva nación con reglas originales pensadas de a dos, de eso se trata. La otra crisis por resolver en la pareja es quién decide, quién gana la escena. Muchas parejas no han logrado entender que el poder es de la pareja, de eso se trata el término 'pareja', de lo equilibrado y simétrico. El poder compartido es un objetivo que debe trabajarse, sin competir".
El psicólogo estuvo en Cada Día, y sumó más apreciaciones para echar luz a la puesta en común diaria, además de diversos
tips para seguirse eligiendo.
1) Discutir, no pelear. Una de las primeras ideas es desmitificar el hecho de discutir. Mantener discusiones no es sinónimo de una mala relación, pero sí es muy importante el cómo discutimos y el evitar que derive en una peleaa.
2) Comunicación. Una de las herramientas más potentes de las que dispone la pareja para superar sus diferencias, siempre que se utilice de manera adecuada.
3) Hablar de los problemas. Si algo nos preocupa es bueno decírselo a nuestra pareja, pero eligiendo un buen momento en el que ambos estemos en una buena predisposición emocional.
4) Lenguaje no ofensivo. Hay que tener cuidado, ya que las palabras que elijamos pueden abrir profundas heridas.
5) Escucha activa. Si nuestra pareja se siente escuchada y percibe que estamos haciendo esfuerzos por entenderla, ya habremos dado un gran paso hacia la solución del mismo.
6) Centrarse en un único tema. Cuando se está discutiendo sobre un asunto se debe ser conciso y objetivo, y no derivar hacia otros temas conflictivos y sacar otros “trapos sucios” del pasado, para recriminar y aumentar la tensión.
7) Centrarse en la solución del conflicto. Ligado con el anterior, ser constructivos, evitando los reproches, y buscar los aportes necesarios para llegar a una solución satisfactoria y sobre todo conjunta.
8) Respeto. Evitar caer en la falta de respeto. Si se llega al insulto es señal inequívoca que la discusión no va a ser productiva, todo lo contrario.
9) Comunicación no verbal. El contacto físico es importante. El dar por ejemplo un abrazo a tu pareja de manera espontánea puede ser de gran ayuda y poner fin a días de tensiones y malhumor. De igual modo, con malas caras o gestos, podemos aumentar nuestro distanciamiento emocional.
10) Evitar arrastrar problemas exteriores a nuestra relación. Es muy común que un conflicto en el trabajo o con amigos, lo traigamos a nuestro hogar y lo hagamos extensible a nuestra relación. De hecho, en muchas ocasiones, se malinterpreta esa confianza y hace que descarguemos nuestra frustración en la pareja. Hay que intentar ser consciente de ello y construir muros, no traer lo malo del exterior a nuestra relación.
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