La Justicia de Mendoza sentenció al cura Alberto Daniel Sardá a pagar 13 millones de pesos a una mujer a la que abusó sexualmente en el año 1997. La víctima denunció los hechos en 2020.
La mujer contó que cuando tenía 13 años jugó al "juego de la copa" (que supuestamente invoca a espíritus) con unos amigos. Desde entonces quedó muy asustada. A sus 16 años empezó a prepararse para recibir la Confirmación y le contó a los coordinadores, quienes le sugirieron que hablara con el cura de la Parroquia.
Ella le contó sus miedos al cura Sardá y él le dijo que fueran a su casa para "exorcizarla". Ella fue. Y lo próximo que recuerda es estar en la cama del hombre siendo abusada.
Cuando llegó a su casa, le contó a su mamá -una mujer sin escolarización y muy religiosa-. Esta señora fue a hablar con el cura y él le dijo que se trató de una "tentación del demonio", por lo que la mujer obligó a su hija a que le pidiera perdón al sacerdote.
Pasaron los años y la chica empezó a trabajar como moza en un café. Cuando el cura se enteró, se convirtió en asiduo cliente del lugar o se lo veía rondando la zona.
Finalmente, en 2020 la chica se animó a denunciar.
La Corte Suprema de Justicia rechazó un recurso de queja y dejó firme la condena de 45 años de prisión que un tribunal de Mendoza impuso al sacerdote Horacio Corbacho por abuso sexual agravado y corrupción de menores en un instituto religioso en esa provincia.
Los abusos de los que fueron víctimas niños y adolescentes sordomudos ocurrieron entre 2005 y 2016 en el instituto Antonio Próvolo, en Luján de Cuyo.
El proceso judicial en Mendoza concluyó con la absolución de nueve imputadas: las monjas Kumiko Kosaka y Asunción Martínez, las exdirectoras y empleadas del Instituto Graciela Pascual, Gladys Pinacca, la cocinera Noemí Paz, Valeska Quintana, Laura Gateán, Cristina Leguiza y la psicóloga Cecilia Raffo.
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