Los casos mediáticos ponen sobre el tapete temas de pareja, como ocurrió recientemente con Cecilia “Caramelito” Carrizo, quien en abril se separó de su marido (una relación de 25 años y dos hijos) y recientemente comenzó una relación con Fernando Coco Sily. ¿Está bien? ¿Está mal? Todos los casos pueden dar para el “cotilleo” prejuicioso, pero acá nada está bien o mal, porque sólo dependerá de cada persona en cuestión. Muchos sienten que hicieron el duelo de su ex relación mientras estaban en la misma, mientras que otros lo hacen luego de terminarla, o ser dejados. Lo que pase luego con una nueva pareja dependerá de cada quien.
Según un estudio de la universidad neoyorquina de Binghamton y la University College de Londres, se determinó que las mujeres sufren más tras una ruptura, pero tardan menos en recuperarse, mientras que los hombres necesitan más tiempo para pasar página y suelen empezar nuevas relaciones sin superar la anterior. La Universidad de Denver es mucho más concreta y ha determinado que el tiempo que debe pasar para superar los sentimientos negativos y poder empezar una relación sana es de 12 meses. Sin embargo, más que cifras, escucharse y dialogar resulta fundamental.
- ¿Hay un tiempo “saludable” para volver a estar en pareja?
Según la licenciada en psicología Beatriz Goldberg, “hay que entender que cada quien tiene su tiempo interno. Las separaciones son un proceso, que cada pareja vive incluso estando junta. Como se vivió y terminó una separación, también marca lo preparados/as que estemos para vincularnos nuevamente (o no). Cuando una relación ha sido tóxica y se terminó de esa manera, el tiempo para volver al reencuentro con alguien nuevo puede conllevar más tiempo".
- ¿Es bueno estar un poco solos antes de formar pareja?
Uno debe transitar determinados momentos para estar bien con uno mismo, ver qué le pasó, qué le sucedió a otro, sino, si uno salta a una nueva pareja sin estar preparado, puede terminar repitiendo los mismos errores. Conocerse, escucharse, pensarse, forman parte de estas búsquedas tan personales como necesarias.
-Vale decir, que eso de que un “clavo saca a otro clavo”, no aplicaría…
Un clavo no saca a otro, pero hay personas que necesitan una transición con alguien, sin que se trate de una relación, o estar sola para conectarse y volver a saber qué desea, qué no, y qué necesita en esa instancia. No hay que condenar lo que cada quien necesita, ni tampoco si hace pareja supuestamente “pronto”. Cada proceso es único.
- ¿Por qué la mirada externa nos condiciona tanto?
Porque se estigmatizan situaciones: el que está solo, la que está divorciada se ven como estadíos de connotación negativa por parte de algunas personas, cuando en realidad son prejuicios de los demás. Los tiempos de crisis y soledad son instancias en las que las personas pueden conocerse mucho más, y salir enriquecidas desde todo punto de vista.
Salen a flote las críticas no sólo al otro, sino a uno mismo, a lo que no fue capaz de ver, no de decir o compartir. Es una apuesta al autoconocimiento. La mirada del otro puede venir de diferentes lugares que no debe importarnos: puede ser desde lo que esa persona no se atreve a hacer y juzga, desde los prejuicios y mandatos que detesta, pero que sigue o de una pluralidad de causas que son problema de ese otro, no nuestras.
La profesional estuvo en Cada Día, mirá la nota
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