Se cumplió un año del inicio de la causa por lo abusos sexuales en el instituto Próvolo. Hay 15 imputados, decenas de víctimas y aún restan pasar por tribunales 201 testimonios. En mayo de 2018 debe elevarse a juicio.
Todo comenzó en la legislatura. Una víctima se acercó a la senadora Daniela García y le contó lo que pasaba en esta enorme casona de Carrodilla.
Un 19 de noviembre empezábamos a conocer algo del horror que tenían para contar los alumnos sordos del instituto Antonio Próvolo. La noticia conmovió a los padres de la institución que empezaron a pedir respuestas.
El fiscal de la causa, por aquel entonces el cuestionado Fabricio Sidotti, ordenó las detenciones. Primero, el cura de 82 años, ya denunciado por abuso sexual en los 80, en Italia, Nicolá Corradi.
Luego su segundo detenido, el cura Horacio Corbacho. Junto a ellos, el monaguillo Jorge Bordón; José Luis Ojeda y Armando Gómez.
Las víctimas comenzaron a prestar testimonio: una a una relataron escenas de abusos sexuales, corrupción y violencia física y psicológica.
La Dirección General de Escuelas cerró la institución, el Vaticano envió a sus comisarios para hacer su propia investigación y al tiempo se sumaron detenidos. La monja Kosaka Kumiko, fue la primera de la segunda ronda de detenciones e imputaciones.
Afectados por la estrategia judicial de la defensa de Kumiko de acusar a los intérpretes de señas, piezas clave de la causa, familiares y víctimas al cumplirse un año se reunieron frente a la legislatura para pedir justicia.
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