LA Justicia de Mendoza emitió una orden de captura internacional para Kumiko Kosaka, una monja de origen japonés, que podría ser cómplice de los abusos sexuales dentro del Instituto Próvolo.
Las denuncias de las víctimas habrían demostrado el encubrimiento sistemático de la religiosa en los casos de abuso y una de las testigos asegura que la mujer también habría cometido delitos sexuales con las niñas.
A los ya 5 imputados se sumaría Kumiko Kosaka, quien trabajó durante varios años, a cargo del pabellón de las niñas menores albergadas en el Instituto Antonio Próvolo.
Una joven, quien habría sido abusada a los 5 años, declaró que la monja fue cómplice del hecho cuando le colocó un pañal para detener la hemorragia que le había provocado la violación de Corbacho, uno de los curas detenidos. Incluso habría obligado a la pequeña a tomar clases de pie, ya que no podía sentarse por los dolores que le causaron las heridas ocasionadas.
“Cuando alguien es cómplice primario en una imputacion que tiene que ver con un abuso sexual, tiene la misma pena que el autor” aseguró el abogado de las víctimas Sergio Salinas, quién posteriormente agregó “en un momento se dijo que estaba en Paraguay, en la actualidad no se sabe”.
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