La invasión de carpinchos que hubo recientemente en Nordelta puso al descubierto la realidad de los animales silvestres ante el avance de la urbanización. Su aparición ha llegado a transformarse en memes, incluso llegaron a presentarse a votar, pero en Gonzáles Chaves estos enormes roedores merodean desorientados, como el carpincho okupa que no quería dejar el rincón que encontró.
Una vecina de esta localidad del sur bonaerense se llevó tremendo susto cuando vio un carpincho okupa que estaba muy cómodamente instalado en el jardín de su casa. El animal no tenía intenciones de irse, y la mujer no quería acercarse demasiado por el miedo que le tenía.
El animal estaba en el césped de la entrada de su hogar, y la dueña de casa no podía pasar desde la reja exterior hasta el umbral por temor a que la atacara. Aunque son animales mansos e inofensivos, mucha gente les teme por su gran tamaño y aspecto.
En su desesperación la mujer llamó a la policía. Al llegar, los efectivos vieron que el roedor era muy grande y pesado, y que escapaba rápidamente de una punta a la otra del jardín, por lo que pidieron refuerzos para atraparlo.