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Bullying: ¿qué hacer cuando nuestro hijo molesta a otro?

Tanto si tu hijo es quien hostiga a otra persona, o si es quien sufre este maltrato en pequeños y grandes detalles, poder visualizarlo a tiempo marca la diferencia para todos/as. ¿Con qué tipo de aprendizajes y valores querés que crezcan tus hijos?

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Redacción ElNueve.com
22 de junio de 2021 | 10:07

Como una gota incesante que no deja de gotear nunca en el recipiente, llega un momento en que esa acumulación de agua terminará por volcarla por completo. Y no es algo pequeño ni mínimo, lo que hace que esto sea posible.

Es como una enorme mochila de malos momentos, humillaciones, angustias y miedos de los chicos/as, víctimas de  bullying, que los lleva a un lugar desolado y solitario.

Desde el otro lado, ¿qué hay detrás de niños y niñas que ejercen este tipo de acciones, para con sus pares? El bullying no es algo con lo que nacemos, o que crece de un día al otro en nuestro interior. Y es allí el compromiso de padres y madres presentes, lo que puede dar un viraje trascendental respecto al trabajo con los chicos.

En esta entrevista, María Zysman, psicopedagoga bonaerense y directora de "Libres De Bullying", nos ayuda a ver las señales para trabajar con chicos que son víctimas de bullying, pero también aquellas que lo ejercen.

¿De qué hablamos cuando hablamos de bullying?

“No pasa nada…es un chiste, no llores”. Una frase que solemos a veces escuchar por parte de padres o madres cuando su hija/o vuelve a sentirse mal por algo que le hicieron, y llora. "Algo que evidentemente no le causó ni gracia, ni alegría, pero sí dolor", ejemplifica Zysman.

Y argumenta: “Algunas conductas que muchas veces tienen los chicos, y que nosotros consideramos como ‘cosas de niños’ (porque tal vez a uno no le afectaría), no lo son.Tienen que ver con la burla, la descalificación, con el llamar a los otros con apodos ofensivos y hacerlos sentir mal, humillados, angustiados y tristes.

Incluso, hay instancias que como adultos debemos cuidar de cómo hablar de nuestros hijos en público, y adelante del chico en cuestión. Esto último lo hacemos los padres a veces sin darnos cuenta, por ejemplo, cuando hablamos de ellos o de sus problemas en grupos de madres, o a la salida del colegio. Uno allí muchas veces habla de lo malo o lo bueno. Sin embargo, es algo que no debemos hacer, ya que el chico se siente expuesto o juzgado frente a la mirada de los demás.

-¿Qué argumenta la chica o chico que hace bullying a los demás?

"Muchas veces dan excusas frente a ciertas cosas que le hacen a otros. Como por ejemplo 'bueno a mí no me molestaría', o, 'era un chiste'... 'le tiré un poquito el pelo', 'fue sin querer'…etc.

A veces este tipo de conductas son excusas que dan los chicos para no hacerse cargo de lo malo que están haciendo.Hostigar, humillar, o reírse de otros, que para ellos muchas veces es 'divertido', son acciones que saben que están mal, pero insisten con eso justificándose cuando no se quieren hacer cargo. De allí la importancia del trabajo con ellos desde casa".

-¿Qué señales pueden tener las madres y padres de que de un lado o del otro, hay bullying?

" De parte de quien ejerce el bullying, algunas tienen que ver con la hiperjustificación de los chicos de los actos que cometen. Son niños o pre adolescentes que justifican mucho lo que hacen, lo explican y se desresponsabilizan.

Quienes lo padecen, muchas veces son chicos muy inhibidos, retraídos, y muy irritables en quienes se observan grandes cambios de comportamiento.

Por otro lado, está la figura del espectador de este ataque. Hay espectadores que sufren mucho por no poder defender a quienes han lastimado los otros, o se sienten culpables, no encuentran el camino, y aparecen como chicos tristes, preocupados, dubitativos.

Hay otros, que por el contrario pueden ser espectadores que disfrutan de lo que ven que le hacen a otro, porque es algo que les gustaría llevar a cabo ellos. Hay que ver qué  roles juegan los chicos, y estar atentos a las señales. Lo que unifica a todos es que en un grupo donde hay bullying todos la pasan mal, y manifiestan de alguna u otra manera, que algo está sucediendo.

El origen del problema

No hay uno solo. Ni tampoco implica que para todos los chicos que hacen bullying sea igual. ¿Por qué un chico es cruel con otros y aparentemente disfrutaría de esto? ¿Realmente lo disfruta? ¿Qué sucede en su interior? Las respuestas son disímiles como chicos existen.

Lo que es claro es que hay señales de acciones aprehendidas, o personalidades más pulsionales e impulsivas, o incluso más complejas, además de diferentes etapas o fases.

En todos los casos, el foco de la mirada atenta de los padres, los límites respetuosos pero firmes, y la coherencia entre lo que se dice y se hace, resultan fundamentales como faro guía, por parte de los adultos.

Como argumenta la profesional, "los chicos piden atención y reconocimiento (de la manera errónea), y al mismo tiempo, encontraron en algún momento que esa forma, los conduce a obneterlo. No necesariamente quienes ejercen bullying son chicos que en la casa son crueles, o maltratados, o tratados con poco amor. Muchas veces son chicos que buscan hacerse de ese  lugar, porque vieron que en algún momento, eso les sirvió en su casa o en la de otros. También fundamentalmente porque los padres no pudieron, o no pueden ayudarlos a controlar cierta cuestión del deseo. Un chico tiene que aprender que no puede hacer lo que quiere, y eso lo aprende cuando tiene un freno del otro lado. Es decir límites amorosos, pero firmes y claros".

-Los padres y madres que no son coherentes con lo que piden a sus hijos, por hacer lo contrario, ¿es otra de las razones de chicos con este perfil?

"Los modelos de relación entre lo que se dice y se hace por parte de los adultos también inciden porque lo aprehenden. Hay chicos que tienen conductas más impulsivas y otros en los que se tiene que estar más atentos para trabajar la empatía y los límites. En los primeros años, el portarse mal, lo disruptivo captaba más la atención de los padres, y ellos van probando. Muchas veces hace falta la guía profesional que los oriente y escuche, así como también padrinos, madrinas, tíos que inviten al diálogo y ayuden a ver el origen de esta conducta".

-¿Qué se naturaliza y es dañino hacia el otro?

-"Está muy naturalizado, no invitar, no sumar, dejar afuera 'a'…Los chicos tienen todo el derecho del mundo a elegirse, o a no hacerlo. Muchas veces a nuestro hijo no lo eligen y no implica que le estén haciendo bullying. Es difícil como familia a veces aceptar que un grupo, no quiere a nuestro hijo, e incluso nuestro él tampoco tiene ganas de estar allí. Es feo atravesar por esas situaciones. Sin embargo, tenemos que tener en claro que muchas veces los vínculos no se dan, pero que la exclusión o ninguneo intencional que busca que los demás piensen como yo, sí pueden afectar enormemente a un chico.

En síntesis, puedo no querer ser amiga de alguien, pero manipular al resto para que tampoco sea amiga/o de quien no quiero, tiene que ver con el bullying".

- ¿Qué hacer cuando nuestro hijo molesta a otro?

"Cuando identificamos esta conducta, tenemos que ser calmos. No adjetivar a nadie. Ni festejar lo que hace (lamentablemente hay padres que esa actitud la ponderan, pero son los menos) ni creer que su hijo está perdido, o es malo. Hay que sacar los adjetivos del medio, y buscar con el chico, el sentido que tiene para él, hacer lo que está haciendo. A ningún papá o mamá le gusta ver que su hijo lastimó a otro, lo que le cuesta es reconocerlo ante el público, por eso también hay que tener mucho cuidado en cómo se le transmite. Si le digo a una mamá 'su hijo está hostigando, pegando' etc, y lo hago frente a un grupo, esa mamá va a defender a su hijo, al ser expuesta frente a otros.

Por ello debo generar el espacio amoroso como para transmitirle a la familia que el chico está haciendo lo que hace.  A veces lo justifican, pero cuando se dan cuenta, lo importante es entender que ese niño está pidiendo que se lo mire, y que hay que entender el sentido que tiene para él o para ella, hacer lo que hace. De allí ofrecerle alternativas de vínculo o de pedido de ayuda, que implique otras actitudes y maneras de relacionarse de manera amorosa con sus pares. El diálogo es el primer paso.

-¿Cómo lograr que se den cuenta?

"Hay que provocar que se vean a sí mismos y a conciencia. Esto es como escucharse a sí mismos. Al preguntarles qué dijiste o hiciste a tal o cual, muchas veces relatan todo en diminutivo para minimizar el tema. Hacerles ver sus propias excusas es muchas veces efectivo. Por ejemplo decirles '¿Si fue sin querer, por qué no lo ayudaste'?, o '¿Qué podés hacés para repararlo, si como decís no te diste cuenta?'. Los ponemos en posición de reflexionar lo que hizo, para no minimizarlo y hacerse cargo".

Cuando la víctima es nuestro hijo

"Cuando esto sucede tenemos que tener mucho cuidado en no exponerlo y en respetar la cofidencialidad y privacidad de lo que le está pasando. No hay que revictimizarlo frente a la mirada de otros. Para los padres siempre es angustiante escuchar, ver y comprobar que su hijo está en ese lugar.Le dan consejos de todo tipo por mejor: 'hacé esto', 'defendete', 'pegale', 'ignorá todo', 'decile a la seño'…

Sin embargo, acá lo más importante es lo que el chico descubre junto a nuestra ayuda, como herramienta de larga duración. Es decir cuando como padres brindamos las herramientas adecuadas para que el chico encuentre sus propios recursos, y no las que le pedimos nosotros. Esto último no es productivo, porque no es algo trabajado que salga desde él, sino una manera mecánica de actuar como robot, intentando hacer lo que le dicen los padres.

Apostar al diálogo, para que se abran no sólo con nosotros, sino muchas veces con una ayuda profesional, sumado a un collar de amigos que no festejen ni avalen actitudes de hostigamiento hacia el chico, y el poder hablar, de que nosotros, cuando éramos chicos también quizá pasamos por lo mismo, y ver de qué herramientas nos valíamos, pueden ser instancias profundas, para ayudarlos a salir adelante. Es decirles, 'yo también me sentí vulnerable, y no está mal, pero pude salir adelante', es parte de una red de amor, diálogo y contención para ayudarles a encontrar sus propios recursos".

-¿El chiste que molesta es bullying?

Detrás del chiste que degrada, no hay chiste, sino una burla. El chiste es reírse con otros, compartir un momento lindo . Para que exista el chiste tiene que haber un acuerdo, un consentimiento implícito en qué es gracioso, y qué no. Cuando alguien la pasa mal, deja de ser un chiste. Muchas veces hay una dificultad de ver que el otro está sufriendo. Algo que lastima no puede ser motivo de risa jamás.

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