A pesar de lo que muchos piensan, la calvicie no se debe al estrés, a la caspa, a la seborrea, a una mala alimentación o a la falta de irrigación. La denominada Alopecia Androgénetica se produce por un conjunto de factores de orden hormonal y hereditario, que juegan a favor de altos niveles de la hormona dihidrotestosterona, que debilitan los folículos capilares y generan la caída del cabello.
Ahora científicos de la Universidad del Sur de California (USC) se encuentran cerca de la cura de este padecimiento ya que han descubierto cómo se recuperan los folículos capilares.
El estudio, que fue publicado en Proceedings de la Academia Nacional de Ciencias (PNAS), explica cómo la piel desarrolla estos folículos desde los que eventualmente brota el cabello. El proceso ha sido reconstruido a partir de observaciones de organoides, ensamblajes en 3D de células que poseen estructura y función rudimentarias de la piel, incluyendo la capacidad de crecer el pelo.
Mingxing Lei, autor principal del estudio, explica que el experimento partió del trabajo con células de piel disociadas de un ratón recién nacido, cuyo comportamiento colectivo fue analizado en centenares de películas en cámara lenta. Las células formaron organoides por transición en seis estadios: 1) células disociadas; 2) células agregadas; 3) quistes; 4) quistes unidos; 5) capas de piel; y 6) piel con folículos, que producen cabello robusto tras ser trasplantada la piel en la parte posterior de un ratón anfitrión.
Por el contrario, las células disociadas de la piel de un ratón adulto sólo alcanzaron la fase 2 (agregación), antes de paralizar su desarrollo y no producir cabello.
Los eventos moleculares y procesos físicos que impulsaron la formación exitosa de organoides revelaron una mayor actividad de genes relacionados con el colágeno, la insulina, la formación de láminas celulares, la adhesión, muerte o diferenciación de células y muchos otros procesos. Los investigadores ubicaron en qué parte del organoide se venían registrando estos procesos, y a continuación, bloquearon la actividad de genes específicos para confirmar sus papeles en el desarrollo del organoide.
Al estudiar cuidadosamente estos procesos de desarrollo, los científicos obtuvieron una guía molecular para guiar a las células individuales de la piel a autoorganizarse en organoides que pueden producir cabello.
Luego aplicaron este "cómo" guía a los organoides estancados derivados de células de piel de ratón adulto. Proporcionando las señales moleculares y genéticas correctas en la secuencia apropiada, estos organoides adultos pudieron ser estimulados para continuar su desarrollo y eventualmente producir cabello. De hecho, los organoides adultos produjeron 40% tanto pelo como los organoids recién nacidos.
Al igual que en los organoides adultos, los folículos de las personas mayores van perdiendo la capacidad de hacer crecer un cabello en la medida en que ven disminuidas sus capacidades regenerativas. En el futuro, este trabajo puede inspirar una estrategia para estimular el crecimiento del cabello en pacientes con condiciones como la alopecia u otras que produzcan calvicie.