Autismo

Autismo: Qué señales de alerta podés detectar en tu bebé

Los trastornos del espectro autista (TEA) afectan el lenguaje, las habilidades sociales y la flexibilidad de la conducta. Como seguimos en el mes de abril, mes donde se concientiza acerca de este trastorno, te contamos todo sobre los síntomas y cómo identificar los primeros signos de alarma.

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Redacción ElNueve.com
20 de abril de 2022 | 17:16

La Organización de las Naciones Unidas, en el año 2007, designó al 2 de abril, como el Día Mundial de Concientización sobre el Autismo. Su objetivo es generar acciones que motiven a reflexionar sobre esta patología, difundir acerca de la importancia de un diagnóstico precoz, la intervención temprana y sobre todo trabajar para la inclusión social de todos los niños, niñas y adolescentes con algún Trastorno del Espectro Autista (TEA). 

Según lo que establece Manuel Maza, médico pediatra y neurólogo infantil, fundador del Comité de Discapacidad de la Sociedad Argentina de Pediatría (SAP), a este trastorno se lo define como una dificultad del desarrollo, principalmente en el proceso de socialización (interacción social y comunicación), junto con un patrón de conductas repetitivas e intereses restringidos, dentro de lo cual se incluyen alteraciones sensoriales.

Una de las principales causas, es la alteración neurobiológica del cerebro en el desarrollo. ¿Qué significa esto? Se generan modificaciones en la conexión de redes neuronales, principalmente, en el área del lenguaje, de las habilidades sociales y de la flexibilidad de la conducta. 

El desarrollo es una entidad compleja en la cual no solo interviene el proceso biológico natural que incluye la carga genética y las modificaciones propias del organismo al que llamamos maduración, sino que son esenciales los procesos vinculares y los aportes de medio. Según los expertos, durante este proceso se adquieren habilidades cognitivas, de movimiento, lenguaje y de relación social. 

Es de suma importancia, los controles pediátricos periódicos de un niño, ya que, además de los patrones de crecimiento y los hitos motores del desarrollo, es importante explorar modos de vinculación, de adquisición de lenguaje, comportamientos sociales y otras formas de interacción. 

La manera en que un niño juega, aprende, habla y actúa ofrece datos valiosos sobre cómo se está desarrollando. 

Hay veces, que un niño no cumple con las pautas esperables para su edad, ya sea, por no haberlas adquirido, o tan solo las perdió en el transcurso de su desarrollo. Es por esto, que es relevante realizar los controles, como mencionamos anteriormente, para realizar un seguimiento que permita valorar posibles dificultades que requieran intervención. Constituyendo el TEA una de las alteraciones más frecuentes.

Para tener un poco más en claro, cuáles son los síntomas que se pueden desencadenar y que serán considerados como un signo de alarma, la Sociedad Argentina de Pediatría, indicó las principales señales de alerta de autismo en el desarrollo temprano: 

1 - A partir de los 3 meses, si un bebé no sonríe ni expresa alegría a otras personas

2 - A partir de los 6 meses, si un bebé no produce intercambio de sonidos, sonrisas o gestos faciales.

3 - Si a los 10 meses un bebé no responde a su nombre, ya sea prestando atención o sonriendo a quien lo llama

4 - Si a los 12 meses un bebé aún no balbucea ni vocaliza

5 - Si a los 12 meses el pequeño no genera intercambio de gestos, como señalar, alcanzar, mostrar o saludar con la mano

6 - Si el niño o niña no dice ninguna palabra a los 14-16 meses

7 - Si el niño o niña no dice ninguna frase con sentido de 2 palabras (sin imitar o repetir) a los 24 meses

8 - La pérdida del lenguaje, del balbuceo o de una habilidad social a cualquier edad

Luego de mencionar, algunas de las alertas, y que nos hacen sospechar de que es probable que nuestro niño posea este tipo de trastorno del neurodesarrollo, una vez confirmado el TEA, el abordaje es multidisciplinario. Allí es donde van a intervenir pediatras, pediatras del desarrollo, fonoaudiólogos, terapistas ocupacionales, psicopedagogos, psicólogos, acompañantes terapéuticos y una gran variedad de profesiones, según las necesidades de cada infante.

Sin embargo, la condición puede evidenciarse desde la infancia temprana o más tardíamente, cuando las demandas del ambiente aumentan con el crecimiento y la inserción social. A pesar de los objetivos deseados, en ocasiones es difícil llegar tempranamente al diagnóstico.

"La divulgación e información a nivel general de las características típicas de estas problemáticas, cada vez más frecuentes, puede despertar una alerta que posibilita el diagnóstico temprano y con ello la intervención terapéutica oportuna y un mejor pronóstico. Así como también una mayor concientización en la población general, abriendo camino hacia una sociedad más empática e inclusiva", señaló el doctor Manuel Maza. 

Fuente: Por Nicole Neme

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