El titular de la Administración Nacional de la Seguridad Social (ANSES), Alejandro Vanoli, confirmó esta semana que las jubilaciones gozarían de un aumento en marzo.
Con la Ley de Movilidad suspendida, el aumento será por decreto y el propio Vanoli señaló que se está estudiando cómo se abonará.
El Gobierno tiene pensado otorgar ese 11,56% que correspondería a la movilidad pero no hacerlo proporcional para todos sino más para los que menos cobran y un aumento menor para los que perciben más.
Esto se podría hacer a través de un bono extraordinario tal cómo se hizo en diciembre y enero, pero esta vez alcanzaria a todos los retirados o a gran parte de ellos.
El objetivo es achatar la pirámide salarial, acortando la distancia entre los haberes más bajos y los más altos, pero no favoreciendo a unos más que a otros sino con mejoras al sector de ingresos bajos en detrimento del resto.
El aumento en jubilaciones y pensiones del régimen general (no incluye a los regímenes especiales, como docentes nacionales, docentes universitarios, investigadores científicos, servicio exterior, jueces y magistrados y Luz y Fuerza), pensiones no contributivas y PUAM (pensión universal al adulto mayor) abarca a 7.300.000 personas.
Si 18.000 millones de pesos se distribuyeran como una suma fija entre los 7,3 millones de beneficiarios, resultaría un incremento de $ 2.465 por persona. En este caso, para los que ganan el haber mínimo, de $ 14.068 representaría un incremento del 17,5%. Para los que perciben $ 20.000, un 12,3%.
Los funcionarios explicaron que el aumento tiene que estar definido antes del 10 de febrero para que la ANSeS pueda realizar los ajustes internos y el envío de los fondos a los bancos pagadores.
Una vez definido el aumento diferenciado para las jubilaciones y pensiones, se avanzará en el diseño del incremento de las asignaciones familiares que comprende a 5 millones de hijos y de la AUH que engloba a 4 millones de chicos, que también se rige por la fórmula de movilidad.