Hace un año atrás Mendoza se vio sacudida por tres resonantes femicidios. Hablamos de los asesinatos de las jóvenes Julieta González, Janet Zapata y Ayelén Arroyo. En los tres casos los imputados permanecen detenidos.
Fue ya hace un año que los rostros de estas mendocinas comenzaban a circular por los medios y a generar conmoción por el destino que tendrían sus vidas.
El primero de ellos era el de Janet Zapata. Una joven de 29 años, madre de una pequeña de 5, que fue vista por última vez el 21 de septiembre del 2016; luego de realizar compras en un paseo comercial de Guaymallén.
Allí fue que su pareja, Damián Minati, la despedía por última vez o, al menos, eso es lo que él denunciaba mientras lloraba en las marchas.
Cinco días después el cuerpo de Janet era encontrado semienterrado en un descampado en la zona de El Algarrobal, departamento de Las Heras. Fue rociado con cal para hacer desparecer los rastros y tenía al menos dos proyectiles en su cuerpo, además de severos golpes. La pareja de Janet y dos cómplices fueron detenidos.
No pasaron más de 24 horas, y otra joven intensamente buscada también desde el 21 de septiembre aparecía muerta en las inmediaciones del penal de Cacheuta.
Se trata de Julieta González, de 21 años, cuyo cuerpo apareció atado de pies y manos. La pesquisa no demoró en avanzar con la investigación y en pocos días la justicia resolvió detener a Andrés Di Cesare, un muchacho de 23 años con el que Julieta mantenía un vínculo amoroso.
Sin que Mendoza aún saliera de su asombro, el 28 de septiembre salía a la luz la muerte de Ayelén Arrollo, una joven de 19 años que había sido degollada por su padre en la vivienda que habitaba y a quien días antes había denunciado por abuso sexual.
El trágico hecho motivó al gobierno provincial a solicitar el Jury de enjuiciamiento contra el fiscal Fabricio Sidoti por mal desempeño.
Tres nombres, tres historias y un denominador común…la violencia de género en reclamo de justicia.
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