Hace dos meses la Argentina se conmocionaba por un hecho de violencia atroz. Un joven de 17 años le pegó una trompada a Arturo López, de 66, que trabajaba en una playa de estacionamiento situada en Moreno al 800, del barrio porteño de Monserrat. El golpe provocó dos hemorragias cerebrales y el hombre quedó internado en Terapia Intensiva.
A mediados de diciembre fue trasladado a Terapia Intermedia del Centro Médico Fitz Roy una rehabilitación motora con fisioterapeutas, fonoaudiólogos y un equipo profesional que lo sigue en toda su lenta evolución.
Al día de hoy esa rehabilitación continúa y él sigue sin reconocer a sus hijas ni ser consciente de lo que le pasó. Perfil informa que una de las hijas contó que, al turnarse con su otra hermana para visitarlo, le muestran fotografías viejas, le ponen sus temas favoritos de chamamé, pero las conversaciones son escasas ya que él no tiene la capacidad para tener una charla fluida y si eso no sucede se termina poniendo nervioso.
Al principio de la internación Arturo tuvo que ser atado a la cama ya que al estar desorientado se quería desenchufar las máquinas y se lastimaba: ahora eso ya no sucede.
Mientras, el agresor continúa prófugo junto a sus padres. La causa es investigada por la jueza Carla Cavallieri y el fiscal juvenil Mauro Tereszko.